viernes, 13 de noviembre de 2015

1107 (V 13/11/15) El lado oscuro del amor

Oímos frecuentemente aquello de “ni contigo ni sin ti”. Y esa aparente contradicción es consecuencia de la ambivalencia afectiva de amor-odio de la que ya nos habló Freud. La otra parte de la pareja nos resulta tan necesaria como sobrante, pues sin ella no somos nada pero con ella podemos sentirnos agobiados, acosados, hartos, privados de nuestra individualidad. Cuál de los dos sentimientos es más real, más natural, más sincero? el de la atracción o el del rechazo? Yo he llegado a decir, y pido disculpas por ello aunque no me arrepiento, que el amor es un subproducto del miedo (a la soledad). En esa línea, pienso que el sentimiento más sincero es el de rechazo. Pero una vez que superamos el incordio, el amor de la pareja se impone, como algo reflexivo aunque menos espontáneo (menos mal, a ver cómo salgo de ésta).

        Un segundo caso nos ayudará a entenderlo mejor. La naturaleza impone su ley de emancipar a la cría tan pronto como se hace autosuficiente. Pero como en el caso de la especie humana la cultura nos influye tanto (o más) que la genética, la autosuficiencia de la cría no la aplicamos a los 7 ó 10 años sino a los 21, para proteger al vástago del agresivo entorno que sufrimos todos. Vale. Pero esa corrección cultural choca con la ley natural que obliga a los adolescentes a reaccionar con cierta violencia contra los progenitores para crear su propio espacio y albedrío. Lo que causa el sufrimiento de las madres y la excesiva influencia del “cariño” maternal sobre los hijos más o menos débiles de carácter que quedarán marcados de por vida. Es lo que llamamos ruptura generacional que aquí describimos como efecto del choque genético contra el medio cultural. Esta “aberración” no es extraño que derive en un uso del cariño como instrumento de poder y de manipulación contra los adolecentes que se tienen que zafar como pueden del “amor” de sus padres, sobre todo del cariño maternal. Y la madre sufre, y el vástago se traumatiza, y la sociedad se tensa, y todos acabamos de los nervios: por el chantaje del cariño, el amor contaminante.

1 comentario:

  1. Y el amor contaminante puede durar muchos muchos años con las secuelas de que repetición por creer que es el mejor amor...
    Te felificto, sumamente interesante,

    Besos

    tRamos

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