Dando por finalizada la legislatura 2011/2015, de nefasta memoria, el Presidente Rajoy se despide del Congreso.
Dispuesto a vender cara su derrota, en un canto de cisne no pedido, Rajoy se despendola y saca pecho, a pecho descubierto, intentando, pobrecillo, dar una nueva imagen más sincera, acorde con los tiempos. Su autobombo avergüenza al más descarado, pero nada importa ya, detrás de él, el diluvio. Y así, en una de sus recientes y frecuentes entrevistas, se atreve a la autocrítica y llega a admitir que su sms a Bárcenas (“sé fuerte”) fue un error. Pero, ojo, sólo un error humano. Este punto merece un comentario: al aceptarlo admite su implicación en la Gürtel, la Púnica, en la financiación irregular de su partido, en las trabas a la justicia, en el blanqueo de dinero, en el pago en negro, en los sobres, en los cohechos, en las continuas mentiras, en los chanchullos de Bárcenas, en todo lo que negaba…, etc. etc. etc. Y admitiendo trivialmente, incluso con un chiste para mostrarse más cercano y con ello hacernos cómplices a todos de sus “errores humanos”, ¿con eso ya pelillos a la mar? Pero bueno, este tío de qué va! Que le juzguen, pero ya. Y por lo penal, joé!
Dispuesto a vender cara su derrota, en un canto de cisne no pedido, Rajoy se despendola y saca pecho, a pecho descubierto, intentando, pobrecillo, dar una nueva imagen más sincera, acorde con los tiempos. Su autobombo avergüenza al más descarado, pero nada importa ya, detrás de él, el diluvio. Y así, en una de sus recientes y frecuentes entrevistas, se atreve a la autocrítica y llega a admitir que su sms a Bárcenas (“sé fuerte”) fue un error. Pero, ojo, sólo un error humano. Este punto merece un comentario: al aceptarlo admite su implicación en la Gürtel, la Púnica, en la financiación irregular de su partido, en las trabas a la justicia, en el blanqueo de dinero, en el pago en negro, en los sobres, en los cohechos, en las continuas mentiras, en los chanchullos de Bárcenas, en todo lo que negaba…, etc. etc. etc. Y admitiendo trivialmente, incluso con un chiste para mostrarse más cercano y con ello hacernos cómplices a todos de sus “errores humanos”, ¿con eso ya pelillos a la mar? Pero bueno, este tío de qué va! Que le juzguen, pero ya. Y por lo penal, joé!
Pero a lo que íbamos: despidiendo a Rajoy, todas las interpelaciones en
el pleno del Congreso del pasado día 21, coincidieron en un punto: el gobierno de
las mentiras de Rajoy. La mentira permanente. La mentira incluso innecesaria.
Por el mero placer de mentir, O por ser inevitable al haberse constituido en la
segunda naturaleza de este líder y de su partido. Lo que no impidió que al
hacer uso de su turno el Presidentísimo, perdida ya toda su credibilidad, y no teniendo
él nada que ver ni con las pruebas destruidas en el disco duro del
ordenador reclamado por el juez, ni con
Bárcenas, ni con Camps, ni con Matas, ni con Fabra, ni con el sursum corda!, su bancada prorrumpiera en
ovaciones y aplausos como sucede a los toreros en las tardes triunfales de la
Feria de San Isidro, en palabras casi textuales del cronista taurino Miguel
Angel Aguilar. Decir la verdad éstos?: otra nueva gran mentira.
Al enemigo que huye, puente de plata. Aunque se vaya de rositas. Con tal
de que se vaya… Boy boy, Rajoy.
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