García-Margallo ha vuelto a la carga, así que, si ustedes me lo permiten, me dispongo a seguir su ejemplo. El ministro de Exteriores ha dicho que, si España no hubiese prestado 32.744 millones de euros a Grecia, el Gobierno podría haber subido las prestaciones por desempleo un 50% o aumentar las pensiones un 38%. (Aparte de que en el estúpido supuesto jamás se habrían destinado esos fondos al aumento de pensiones o de las prestaciones por desempleo) echo de menos otros cálculos. Por ejemplo, ¿cuánto habrían podido subir las prestaciones por desempleo o las pensiones con el dinero que los defraudadores españoles tenían depositado en el HSBC de Ginebra? ¿Y si sumamos a esa cantidad el dinero público malversado por la Gürtel? ¿Y si seguimos sumando los casos Nóos, y Pokémon, y Púnica, y Palma Arena, y Brugal, y Fabra, y Bankia, y Guateque, y Malaya, y Mercasevilla, y los ERE de Andalucía, y Pujol, y no sigo porque me quedo sin columna? Si sienten curiosidad, consulten las cifras y se asombrarán de la cantidad de procesos estancados desde hace años, sin perspectiva de solución inminente, cuyos imputados no han devuelto un triste céntimo de lo que se llevaron. Montoro dice que no nos preocupemos, que de la lista Falciani se está encargando él. Ha dispuesto de toda la legislatura para hacerlo, pero justo ahora va a ponerse manos a la obra (jé!). Mientras tanto, el retraso injustificado y excesivo del expediente abierto por Economía y la CNMV contra Jaime Botín ha permitido al hermano de Emilio eludir una sanción de 700.000 euros. No lo digo yo, lo ha dicho la Audiencia Nacional. Y ya sé que Jaime Botín no es griego, pero me sigo preguntando ¿cuántos alquileres sociales de familias desahuciadas con niños pequeños podrían pagarse con 700.000 euros? Hoy, Grecia es la excusa para justificar la corrupción y los recortes en España. ¿Cuál será mañana?

A que parece un texto mío? Lo digo por el cabreo que rezuma. Pues no. El texto es de Almudena Grandes. Y como apostilla Estefanía, tales dosis de desfachatez electoral quizá tengan que ver con el "efecto emulación" que el nuevo Gobierno de Grecia genera en nuestro país, dada la diferencia entre el servil entreguismo español a la Troika en relación a los recortes exigidos, por un lado, y por el otro la digna resistencia de la pequeña Grecia a una mayor austeridad.