La dejación del Estado de sus responsabilidades en materia asistencial ha dejado un vacío que han tenido que rellenar las ONGs hasta el punto de que hoy día realizan gestiones de servicios públicos que corresponden al Estado y debería ser el Estado quien los gestionara. Por ejemplo, Cáritas. O la mayoría de las ONGs que cada vez más pululan y proliferan por el mundo, denunciado tácitamente las carencias de los gobiernos actuales. Las ONGs pueden y deben tomar este tipo de iniciativas cuando falla el Estado, o en situaciones puntuales en que son más eficaces que el Estado con toda su burocracia. Pero no suplantarle en sus obligaciones y responsabilidades.
Si esto es así en materia
asistencial, el principio de susidiariedad del Estado en materia económica e
industrial desplaza a la Administración a un lugar secundario en materia de iniciativas
económicas. Son las empresas privadas las
que, debidamente reguladas, deben tomar iniciativas y emprender actividades que
el Estado ni puede ni debe acometer, con el añadido que ello tiene de evitar farragosas
burocracia. No es este el momento de insistir en la necesidad de que el Estado
actúe en áreas de servicios públicos, o allí donde la iniciativa privada no
llegue o no se atreva (vga.: por
fuertes inversiones, o falta de rentabilidad en transportes necesarios…),
además de aquellos sectores de interés general como son la sanidad, la
educación o los servicios asistenciales, así como los transportes o energía…,
pero en todo lo demás rige, y espero que siga vigente, el principio de
subsidiariedad del Estado en materia de actividades económicas. Lo cual no
tiene que ver con el propósito confesado de los neoliberales.com de desmantelar
el Estado arrinconándolo con tal de dejar libres a los mercados auto-regulados.
No.
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