domingo, 15 de febrero de 2015

1045 (D 15/2/15) Que es la deflación, estúpido!

Ya que la deflación es el tema de actualidad que está de moda, hablemos de la deflación. Aunque no nos enteremos de nada ni sepamos muy de qué se trata. Pues a lo único que llegamos es a definirla como una situación donde la economía se estanca, los intereses bajan y el IPC (precios) tiende a cero o negativo.

        Y esto ocurre hasta en Suiza a donde en tiempos de crisis emigra el capital. Lo cual dispara el franco suizo hacia una revaluación tal que la industria helvética pierde competitividad y se arruina. Acude entonces el Tesoro suizo e inunda el mercado de la moneda para devaluarla. Se recupera entonces la economía, y al sanearla Suiza vuelve a ser refugio de capitales extranjeros que reanudan los problemas anteriores. Lo que asocia el tema de la deflación a la política monetaria. Esto lo cuenta Krugman para enseñarnos los problemas que enfrenta Suiza actualmente por querer mantener una moneda fuerte. Y añade que la deflación es un agujero donde no conviene caer porque salir de él es muy difícil. Y que una política austérica, con los consiguientes recortes del gasto público, no sólo es pérfida por los daños que provoca en el mercado de trabajo y en la desigualdad económico-social sino que, además, lleva a una recesión económica y con ella al agujero de la deflación.


        Si será complicado y polémico el tema de la deflación, que hasta el clarividente César Molinas, economista cuya definición de la elite extractiva gozó de una inmediata aceptación universal, nos confunde cuando ofrece las ocho siguientes pistas para identificar una situación económica deflacionaria: a) inhibición del consumo, i.e., ahorro, o sea prioridad de un consumo futuro a un consumo presente; b) una demanda agregada rígida (insensible a los precios) que provoca una mayor caída de los precios; c) caída del TDI; d) reducción de inversiones productivas por aversión al riesgo; e) bajada de los tipos de interés que convergen hacia 0; f) emigración del capital que busca fuera inversiones seguras y rentables; g) superávits crónicos por cuenta corriente; h, ocho) creación de burbujas especulativas en los países donde busca asiento la huida del capital. Y por si no fuera bastante con todo lo anterior, nos deja estupefactos (estúpidos factos) al informarnos de que se está en deflación cuando la TDI se acerca a cero o es negativa (la TDI, según parece, es la tasa de descuento intertemporal: interés medio a largo plazo, que es el eje sobre el gravita el interés a corto y medio). Y eso ocurre, según él, cuando se valora más el futuro que el presente! (Si los precios al consumo caen por falta de demanda, esa caída es síntoma, pero no causa, de la deflación.) La TDI individual puede ser positiva o negativa y la TDI del colectivo social es una agregación de las dos, de nuevo es él quien lo dice. Los jóvenes tienden a endeudarse para hacer frente a gastos e inversiones (coche, vivienda…) por encima de sus ingresos actuales, lo que resulta en una TDI positiva, empujando hacia arriba los tipos de interés, al priorizar el presente sobre el futuro.  A medida que avanzamos en edad, tendemos al ahorro para asegurarnos recursos para el tiempo que nos quede, lo que redunda en una TDI negativa, bajando los tipos de interés, al priorizar el futuro sobre el presente. En lugar de gravar las donaciones más que las sucesiones, deberíamos, pues, gravar las herencias si queremos equilibrar la TDI entre las dos generaciones. Para calcular la TDI del colectivo incluye una función a la que llama gamma, y ahí sí que ya lo dejamos porque si estamos perdidos, si seguimos ni te cuento. Basten dos conclusiones que no le vamos a discutir: una, que hemos entrado en deflación; dos, que para combatirla es más útil una política tributaria que una política monetaria. El sabrá por qué.

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