martes, 3 de febrero de 2015

1033 (M 3/2//15) Dicotomías llamadas a complementarse

Este gobierno promete "estabilidad" contra la temible inseguridad que nos traerían los "radicales".
Si el Orden y la Libertad (extremos) son tan incompatibles como necesarios, el límite central entre ellos nos indicará si la sociedad que contemplamos es más bien progresista o conservadora,  libertaria o reaccionaria. Así que si bien ambos conceptos están llamados a entenderse, incluso a complementarse, a pesar de que por su naturaleza tiendan inevitablemente a rechazarse, no ocurre lo mismo con otros conceptos como la gobernabilidad y la representatividad, que si bien parecen parte de una misma institución, cuando se separan provocan conflictos, represión y una reacción desobediente.

     Porque si bien todo gobierno, en democracia, no se entiende ni se justifica si no es por su mayoritaria aceptación, y por tanto su representación de esa masa mayoritaria, también es cierto que el poder tiende al abuso y a perpetuarse, lo que le separa de sus representados. Es una falacia crasa, error a sabiendas, atribuir –como hace este Gobierno –  la “eficacia” a la “estabilidad”, por sí mismas, sin más, pues ambas pueden conseguirse mediante la represión, no digamos ya en las dictaduras, con una falta de legitimidad que permite, incluso obliga, a una desobediencia civil si los ciudadanos no han llegado a degradarse. Una estabilidad ilegítima es todo lo contrario de estable, es precaria, y como tal su eficacia quedará ilegitimada.

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