Es lo que tuiteé, con motivo de la masacre de los periodistas de la revista Charlie Hebdo. Luego vi que esta afirmación estaba en la línea de los que defendían sin límites la libertad de expresión, incluyendo la de reírse de las blasfemias y del Sursum Corda, en lo cual estoy de acuerdo, pero surgieron voces que matizaban esa libertad con argumentos que hacen pensar.

Mahoma, desbordado por los integristas:
es duro ser amado por gilipollas
Para empezar los políticos,
inevitablemente, y con la vulgaridad que les es propia, pregonaban que no había
motivo de preocupación en la sociedad civil al
mismo tiempo que nos informaban de que estaban armándose hasta los dientes
para defendernos. Y en cuanto a la confusión entre terroristas y musulmanes, avisaban
del peligro de la xenofobia. Sin matizar ni distinguir entre el tema religioso
y el cultural, que ni venía a cuento ni serían capaces de pronunciarse sobre
ello. Ok.
Christine Ockrent no sólo se siente también Charlie sino que asegura que “todos somos Charlie”, en una llamada a la unidad nacional contra el terrorismo yihadí (o musulmán?).
Pero David Brooks, entre
otros, prefirió expresarse diciendo Yo no
soy Charlie Hebdo, aduciendo que muchos de los que dicen querer ser Charlie Hebdo (en USA, y Europa también,
y no digamos España) son los mismos que censuran materias en la Universidad, ponen
trabas a la mofa religiosa…, con los cuales él no se identifica. Los mismos,
dice, que arremeten contra las opiniones de los terroristas islámicos son
intolerantes contra quienes arremeten contra sus propias opiniones en su propio
país. No todo el mundo, añade, cree que deba o pueda expresarse con la
causticidad con que lo hace Charlie Hebdo.
Por otra parte, son muchos los que al tiempo que aplauden la valentía de Charli Hebdo intentan prohibir que Ayaan
Hirsi Ali dé una charla en un campus de sus Universidades.

Ayaan Hirsi Ali, Harvard
Ayaan Hirsi por su parte asegura
que el Corán incita a la violencia. Cuanto más se intente conciliar ambas
culturas mayor será nuestra autocensura lo que hace más audaz al enemigo.
Otros quieren profundizar en
los límites que puede y/o debe ponerse a la libertad de expresión, proponiendo
una autoregulación de los periodistas y de sus asociaciones profesionales sin
perjuicio de acudir a las instancias judiciales en fases más altas.
Son muchas y variadas, pues,
las reacciones que ha provocado este atentado, a cual más rigurosa y bien
fundamentada. Nosotros nos pronunciaremos mañana a las 6:15.
es duro ser amado por gilipollas
Christine Ockrent no sólo se siente también Charlie sino que asegura que “todos somos Charlie”, en una llamada a la unidad nacional contra el terrorismo yihadí (o musulmán?).
Pero David Brooks, entre otros, prefirió expresarse diciendo Yo no soy Charlie Hebdo, aduciendo que muchos de los que dicen querer ser Charlie Hebdo (en USA, y Europa también, y no digamos España) son los mismos que censuran materias en la Universidad, ponen trabas a la mofa religiosa…, con los cuales él no se identifica. Los mismos, dice, que arremeten contra las opiniones de los terroristas islámicos son intolerantes contra quienes arremeten contra sus propias opiniones en su propio país. No todo el mundo, añade, cree que deba o pueda expresarse con la causticidad con que lo hace Charlie Hebdo. Por otra parte, son muchos los que al tiempo que aplauden la valentía de Charli Hebdo intentan prohibir que Ayaan Hirsi Ali dé una charla en un campus de sus Universidades.
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Ayaan Hirsi Ali, Harvard |
Otros quieren profundizar en los límites que puede y/o debe ponerse a la libertad de expresión, proponiendo una autoregulación de los periodistas y de sus asociaciones profesionales sin perjuicio de acudir a las instancias judiciales en fases más altas.
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