Otro caso real, como el de ayer. Se trata de una empresa a la que acaban de condecorar por estos lares como empresa modélica de la localidad. Con medallas y banda de música incluida. Por qué? Porque ha demostrado que estamos saliendo de la crisis. Y cómo? pues inflándose a ganar dinero.
Si el patrón de referencia
es la capacidad de obtener beneficios, esta empresa se ha ganado el premio con
honores. Se han forrado, vamos. Cómo (de nuevo)? pues simplemente abriendo la
brecha entre los ingresos y los costos, pues aunque los ingresos no se hubieran
incrementado, no lo sé, los salarios los han reducido a la mitad. Y consecuentemente
los beneficios han subido como la espuma, como no podía ser de otra manera. Y
punto, no hay más.
Veis? veis cómo los beneficios empresariales redundan en beneficio de “todos” los ciudadanos?
Pero lo mejor no es todo lo
anterior. Porque sí que hay más.
Lo mejor es que, aunque los empleados ganen
una miseria, reduciendo sus salarios a la mitad, gracias a la magnífica reforma
laboral de este Gobierno, la empresa ha obtenido pingües beneficios. Y eso, enriquecerse a lo bestia, sin más, a costa de que a los trabajadores les rebajen aún más sus sueldos, es lo que hace a la empresa acreedora del reconocimiento público, con medallas (que algunos almacenan hasta debajo de las ropas) y banda de música pública
incluida.
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