Le oí cuando ese negrata, senador por
Chicago, de 40 y pocos años, hablaba por primera vez en el Congreso demócrata
que en Boston eligió a Kerry como candidato. Nos dejó a todos con la boca
abierta. A mi regreso a España avisé a mis amigos: apuntad este nombre, que
será el próximo Presidente de los EE.UU. (Ellos lo pueden corroborar). Y así
fue.
Si
quieres gobernar en USA con las dos Cámaras en contra, ahora con Obama las dos son
republicanas, tienes que hacerlo por decreto, lo que te indispondrá con los
parlamentarios y senadores que podrán bloquearte los fondos, incluidos los de
los Presupuestos. Pero Obama no se arredra, y a pesar de esta amenaza va a
regularizar la situación de 5 millones de sin-papeles, del total de 11 millones
que hay en EE.UU. Lo hará con aquéllos que tengan hijos nacidos en USA, o
padres residentes en USA, lleven allí más de 5 años y no tengan delitos. Su
“permiso” de residencia será por 3 años.
Otra
promesa cumplida ha sido la cobertura médica de los más necesitados, el llamado
Obamacare, que a pesar de las trabas y triquiñuelas del partido conservador, es
ya una realidad.
No
ha podido, sin embargo con Guantánamo. La ilegal cárcel con torturas en la base
cubana sigue ahí, aunque no hayan metido preso a nadie más. Bush dejó esta
maldición atada y bien atada, con cadenas jurídicas laberínticas y efectos
políticos imprevisibles que nadie se atreve a tocar. Su cambio de status podría
acarrearles demandas ante el Tribunal Penal Internacional, mientras que si
sigue en Cuba…, ah, se siente. El otro legado son los drones que disparan desde
el aire sin pilotos, que si no se pueden evitar (no se puede frenar el
desarrollo de las tecnologías) al menos debería dejarlos regulados antes de
despedirse de la Casa Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario