viernes, 21 de noviembre de 2014

961 (V 21/11/14) Es Podemos populista?

(En su artículo de prensa “Virtudes y peligros del populismo”, cuyo mejor exponente le parece el peronismo, el historiador José Alvarez Junco propone el siguiente test de rasgos para identificar a los movimientos populistas. No valora el número de aciertos necesario para  merecer tal adjetivo.)
   1.- Lo primero es que los movimientos o personajes políticos a quienes se llama “populistas” basen su discurso en la dicotomía Pueblo/Anti-pueblo. El primero, el pueblo, no hace falta aclararlo, representa el súmmum de las virtudes; mucho mejor nos iría si le dejáramos actuar, o al menos le escucháramos. Su antítesis, el anti-pueblo, es la causa de todos los males: y son la oligarquía, la plutocracia, (las elites extractivas, añado yo) que en el discurso dominante hoy, en España, sería la “casta política” o “el régimen del 78”, a quienes se oponen “los ciudadanos” o “la gente (decente)”. Por “pueblo” no debe entenderse el proletariado o las clases trabajadoras, sino la gente. Invocar la voluntad popular, como ocurre con los dictados divinos para los creyentes, permite saltarse la exigencia del respeto a la ley. Prospera cuando los partidos tradicionales están desprestigiados hasta niveles escandalosos.
   2.- Un segundo rasgo común a los populismos es la ausencia de programas concretos. Los proyectos de los dirigentes populistas están inspirados por los deseos más grandiosos (“salvar al país”, establecer una “democracia real”), pero no dicen cómo piensan hacerlo. Estoy en contra de todo lo que está mal, declaró una vez el inefable Ruiz Mateos.
  3.- Tercer rasgo: en su discurso dominan los llamamientos emocionales que dominan sobre los planteamientos racionales. Hay que superar la ineficaz verborrea que domina la política actual: no se trata de hacer pensar a sus oyentes sino de movilizarlos. Una movilización que suele ser extra-institucional, por cauces ajenos a los previstos por el “sistema”.
   4.- Cuarto: a juzgar por sus proclamas, nadie puede llamarles anti-demócratas; al revés, el gobierno del pueblo es justamente lo que anhelan. Su principal objetivo es establecer la igualdad social, favorecer a los más débiles. Desde esta perspectiva, muchas dictaduras pueden declararse “democráticas”; la Cuba de los Castro, por ejemplo, un régimen que no convoca elecciones libres y plurales pero que presume de grandes logros educativos o médicos para las clases populares.
   5.- Un líder mesiánico que mantiene una línea directa con el pueblo.
   6.- Como todo movimiento político, quieren gobernar, quieren el poder. Y cuando llegan a él no soportan críticos ni opositores. Ni que se limiten sus mandatos. Lo cual es un atajo a la tiranía.
   7.- Como virtudes, hay que reconocer que fascinan por su juventud y su entusiasmo, su agudeza en criticar sistemas políticos anquilosados y su propósito de modernizar las instituciones democráticas. Hasta los más escépticos pueden aceptarlos pues difícilmente serán peor que lo que tenemos.
        
Así que Podemos, ya sabéis, a concretar (2); sin saltarse las leyes (1): si son injustas, modifíquense. Y huid del culto personal (5) fomentando la diversidad, la crítica interna, la pluralidad, el debate (3) y el control permanente en las asambleas (4). Y no olvidéis que el principio de toda inmoralidad es que “el fin justifica los medios” (a la mayor gloria de dios se han cometido las mayores tropelías de la Historia): en nombre del pueblo y de los objetivos más excelsos no se puede purgar a los oponentes ni evitar que se haga oír la gente. En cuanto al párrafo 6 ya os habéis adelantado, creo, exigiendo la firma de la renuncia al tiempo que firméis la aceptación del cargo. Y respecto al 7, claro que podemos, sí que podemos. Así que al tajo, aunque no sea gerundio.
El Consejo de Coordinación de "Podemos" (la Ejecutiva, 10 + 1) paritario
     Hay quienes añaden algunos rasgos más, como los que mantienen:
   8.- el objetivo de demoler las instituciones y el sistema de partidos (cirujía que nos parece necesaria), o
   9.- la estrategia de enfrentar a la base electoral contra el enemigo a batir, sean los nacionales contra los inmigrantes, o los ciudadanos contra la clase dominante o los nacionalistas contra Bruselas. Supongo que llaman populistas a los movimientos que utilizan este enfrentamiento como leit motiv u objetivo principal.

En todo caso, adoptados los nombres (la casta…) y los verbos (podemos!...), ha llegado la hora de las preposiciones, conjunciones, adverbios…: cuándo? dónde? cuánto? cómo?...

Acabo. Si el populismo consiste en intentar ganarse los votos con falsas promesas y mentiras, no cabe duda de que el gran populista es el partido de este gobierno, el PP. En cuanto a Podemos no cabe pedirles cuentas de lo que han hecho porque acaban de nacer: yo los veo más bien ingenuos. O naifs. Pero voy a dar(les)(nos) una oportunidad.

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