jueves, 13 de noviembre de 2014

953 (J 13/11/14) Ebolitis

Somos la releche, qué digo, la rehostia. Somos el modelo para todos los países europeos, ahí estamos haciendo de locomotora de la economía de toda la Comunidad, dando ejemplo de cómo hacer las cosas, enseñando a todos cómo tienen que hacerlas los demás: sencillamente, siguiendo nuestro ejemplo.
         Ahí tenemos un nuevo caso, modélico, ejemplar, como todo lo que hacemos. Hemos sido el primer país europeo en importar y tratar un caso de ébola para que el resto del mundo aprenda cómo hay que hacerlo. No voy a caer en los detalles que me sonrojan sólo con imaginarlos, dignos de Groucho Marx, o de Berlanga o del Torrente de Santiago Segura. Sólo me quedaré con uno. Importamos el traje de nivel de máxima seguridad, antivaho, último modelo. Y lo proclamamos a los cuatro vientos y lo enseñamos a la prensa y en la televisión. Lo que no dijimos es que esos trajes se quedaron arrumbados en un armario sin poderlos utilizar, ya que se necesitan dos personas para vestirse con ellos y la sala  para cambiarse de ropa era tan pequeña que no cabían dos.

         Esto sin entrar en el boato y prosopopeya de su tratamiento mediático para lucirnos cuando al mismo tiempo ignoramos otras muchas enfermedades como la malaria, más contagiosas y letales, pero de mucho menos coste. Pero claro, es que con éstas no se consigue tanta audiencia. Anda, anda, y que les den. 

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