En su divertido ensayo sobre la estupidez
humana Allegro ma non troppo, Carlo
M. Cipolla parte de que el 90% de la población (90% de los más inteligentes y
de los más torpes, de los ricos y los desafortunados, de los varones y de las
mujeres, de los sabios y de los analfabetos, etc.) es estúpida, definiendo la
estupidez como la capacidad de hacer un daño a otros sin beneficio propio alguno.
El 90% no es de un sector determinado, sino más bien de las actuaciones que
todos realizamos cada día, con lo que entramos todos en un 90% de nuestros
actos. El 90% por supuesto es una cifra retórica, arbitraria y elevada, que
sólo quiere reflejar su estúpida abundancia.
Cipolla, repito, define la estupidez como
un acto que daña a otro sin beneficiarse uno mismo. Lo explica argumentando que
el que hace un mal para beneficiarse, hace algo deleznable pero que no afecta a
la suma del conjunto, que globalmente sigue siendo igual: si robas 1.000 € y te los guardas, o gastas, el colectivo
al que pertenece ni se enriquece ni se empobrece, pues la suma de euros que
contiene es la misma. Pero si los robas y los quemas, por ejemplo, cometes una
estupidez porque no te beneficias del daño que has ocasionado. Y el conjunto del grupo, además, sale también perjudicado.
Si la cifra (arbitraria, por supuesto) del
90% parece elevada, bastará con abrir una página, cualquiera, de cualquier
periódico, para comprobar la cantidad de estupideces, obviedades, disparates
que se pueden soltar en un momento. Yo lo he hecho. He abierto un periódico por
una página cualquiera. No citaré la fuente. Sólo diré que las siguientes citas
están todas, TODAS (y más), en una sola página, en-u-na-so-la-pá-gi-na:
Sobre el caso del No-Tan-Honorable-Pujol:
“Policía, Fiscalía y Justicia deben poner fin a este espectáculo y hacer
resplandecer el derecho frente a la miseria moral”. Ahí queda eso.
Sobre el ébola: “El envío de medios
especializados para tratar con seguridad a los pacientes es indispensable si se
quiere aportar un alivio solidario y frenar, además, la extensión de esta
enfermedad”. A ver quién lo mejora.
Sobre el genocidio de Gaza: “Los
periódicos estallidos bélicos, que cuestan un incalculable sufrimiento, no son
la solución del conflicto de fondo, que sólo podrá encauzarse mediante el
diálogo”. Toma castaña.
En qué se benefician sus autores? En nada.
Pero a nosotros bien que nos roban nuestro tiempo.
Tremendo artículo!
ResponderEliminarGracias, Belva, me agrada que te guste. Algo me dice que estás harta de estupideces.
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