domingo, 1 de junio de 2014

921a (D 1/6/14) Cuatro prendas, cuatro perlas, cuatro ejemplos

Con nombres y apellidos: Ricard Pagés, Juan Caellas, Manuel Troyano y José Abella, cuatro eximios directivos de Caixa Penedés, la que gracias a su pérfida gestión tuvo que ser rescatada con fondos públicos cercanos a los mil millones (1.000,000.000) de euros. Esto no les impidió expoliar a la Caixa 28,6 millones € para embolsárselos en sus bolsillos particulares en concepto de gratificaciones y pensiones blindadas. La fiscalía y el FROB pedían tres años y medio de prisión para el primero y tres años para los otros tres, por un delito continuado de administración desleal. La sentencia los condena a dos años para el primero y un año para los otros tres. Y como no pasa de dos años, y no tienen antecedentes penales, y han devuelto el dinero que de este modo se apropiaron, pues ni cárcel ni ná. Aunque a medida que hundían a la Caja ellos se aumentaban el sueldo un 20% anual hasta sobrepasar los 600.000 en el año 2010; aunque sus ingresos y planes de pensiones (privatizados sin pasar por el consejo de administración) burlaran los controles de supervisión de la entidad; aunque quedara probada “su actuación maliciosa, insidiosa y engañosa para lo sociedad…”; aunque, “abusando de la confianza, antepusieron sus intereses personales a los intereses sociales…”. A pesar de todo eso, como han devuelto el dinero y además son buena gente, pues ah! se siente, de la cárcel ni hablar.
         El verdadero delito, social, contra la salud pública, es el agujero de los casi mil millones que hemos pagado tú y yo para que ellos pudieran robar de las cajas como lo hicieron. Pero esos mil millones, también han devuelto ese dinero? Eso ni se contempla, qué barbaridad.
         El juez no entiende que, siendo un delito, tiene tipificado sus penas, y que al no pronunciar una sentencia ejemplarizante, incita a futuros delincuentes a robar sin miedo a perder la impunidad: bastará con guardar el dinero a buen recaudo durante 5 años. Al cabo de ese tiempo, el 80% (por decir algo) podrán disfrutarlo, sin más. Sin devolver ni un euro, por supuesto. Y el 20% restante, si se les juzga y condena, tranquilos, no pasa nada, el delito habrá prescrito. O se substituye la cárcel por un trabajillo social a lo Berlusconi. Y se devuelve el dinero, y ya está. Por válvulas de “escape” (nunca mejor dicho), que no falten.
        Pero qué clase de tribunales tenemos en España? qué medidas se toman contra la corrupción que tanto cacarean? No hará ni siquiera falta acudir a los indultos, que siempre estarán ahí por si fueran necesarios.

        Es posible que el juez no se quede ahí. Cuando les comunique la sentencia siempre podrá recriminarles con una colleja mientras les amonesta: ay, ay, ay, ay…

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