Cuántas veces te he dicho que no se pinta en las paredes!? |
Recuerdo que me asaltó el pánico cuando una pastilla que tenía que
tomarme se me resbaló de entre los dedos y bailó alrededor del sumidero del
lavabo como una bola de ruleta, quedando, menos mal, al borde del agujero lo
que me permitió rescatarla con muchísimo cuidado. El mal rato que pasé, por
breve que fuera, era a todas luces desproporcionado y reflexioné sobre el
motivo que me podría haber marcado: un guantazo en mi infancia por haber roto
algo? el miedo a confesar, o esconder, un estropicio cuyas consecuencias no
pudiera imaginar? el desastre al que pudiera dar lugar la falta de una
pastilla, una dosis incompleta? y si por
faltarle esa pastilla ahora el abuelo iba y se moría…? Lo superé
racionalizándolo: se trataba de veinte píldoras que podía comprar de nuevo en
la farmacia, cuyo coste no llegaba al equivalente de 4 euros, esto es, a 0,20 €
la pastilla…
Cuento esto ahora porque me acaba de ocurrir algo parecido, por no decir
igual: una pastilla que tenía que tomarme se me ha resbalado de entre los dedos
y ha bailado alrededor del sumidero del lavabo como una bola de ruleta,
quedando, menos mal, al borde del agujero lo que me ha permitido rescatarla con
muchísimo cuidado. Lo ven como era igual? Y de nuevo me ha asaltado una
reacción de temor, esta vez inferior y menos tiempo. Hasta que por fin me ha
explotado una risa que interpreto como una catarsis que, por fin, me ha liberado
de una absurda represión.
Reproduzco un texto de El
Cuaderno Dorado de la premio Nobel nonagenaria, recientemente fallecida,
Doris Lesing, que reza como sigue:
Idealmente, lo que debería decirse y repetirse a todo niño a
través de su vida estudiantil es algo así: Estáis siendo indoctrinados. Todavía
no hemos encontrado un sistema educativo que no sea de indoctrinación. Lo
sentimos mucho, pero es lo mejor que podemos hacer. Lo que aquí se os está
enseñando es una amalgama de los prejuicios en curso y las selecciones de esta
cultura en particular. La más ligera ojeada a la historia os hará ver lo
transitorios que pueden ser. Os educan personas que han sido capaces de
habituarse a un régimen de pensamiento ya formulado por sus predecesores. Se
trata de un sistema de autoperpetuación. A aquellos de vosotros que sean más
fuertes e individualistas que los otros, los animaremos para que se vayan y
encuentren medios de educación por sí mismos, educando su propio juicio. Los
que se queden deben recordar, siempre y constantemente, que están siendo
modelados y ajustados para encajar en las necesidades particulares y estrechas
de esta sociedad concreta.
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