Hoy, 1 de noviembre se celebra la fiesta
de Todos los Santos y mañana, el siguiente día 2, el de los "fieles difuntos". Halloween, una fiesta para dar culto o rendir homenaje a los muertos, se celebra hoy como Hallow eve, "Víspera de los Muertos", lo que sitúa correctamente en el día 1 el día de los difuntos. Su origen
se remonta a los tiempos en que la Muerte se celebraba como origen de la Vida,
y no como luego (y ahora) en que la vemos como final de lo vivo. La muerte era
sagrada, como era sagrado todo lo que tuviera que ver con la muerte, y por lo
tanto, santa. Que la Muerte era fecunda puede comprobarse en el ritual del
enterramiento, donde el cadáver-semilla es inhumado para que pueda reproducirse
en las siguientes generaciones como ocurre en el ciclo anual del mundo vegetal.
Que la Muerte fuera proscrita, con enterramientos extra muros, lo demuestra la prohibición de morir, ni siquiera
enfermar, en la isla Delos donde nació el dios masculino Apolo, hijo predilecto
del nuevo dios-Padre (Zeus).
Es sabido que toda civilización sometida a una
nueva cultura dominante verá satanizados sus dioses y valores ante los dioses y
valores de la cultura dominante, la cual aprovechará en su beneficio los mitos
y rituales que en la cultura sometida se mostraron eficaces. Así los dioses
nativos se verán sustituidos por los nuevos, las catedrales católicas se
insertarán en el centro de las mezquitas conquistadas, las romerías mantendrán
sus fechas y rutas pero no el tradicional motivo de su culto, la adoración al sol en su
solsticio de invierno el 21-24 de diciembre cederá su protagonismo como día del
nacimiento del nuevo dios (solar), y hasta Hipólito, cuyas fiestas eran
memorables a mediados de agosto, homosexual (daba culto a Artemisa en lugar de
a Afrodita), hijastro de Fedra que rechaza a su madrastra quien lo calumnia y
fuerza a su padre Teseo a maldecirlo, lo que le lleva a morir a los pies de sus
caballos, se convertirá en san Hipólito mártir muerto a los pies de unos
caballos. Etc., etc., etc.
A
Perséfone (diosa destructora, muerte de la naturaleza en el invierno) se le rendía un culto multitudinario en esta
fecha del 1 de noviembre, comienzo del invierno en el calendario antiguo, con
fastos superiores a los que celebraban su retorno a la tierra como diosa de la
primavera cuando se regenera la naturaleza. Una fiesta con tal raigambre y fuerza tenía que
ser colonizada con los nuevos dioses, pero no ya como fiesta de muertos sino
como fiesta de Todos los Santos, con los nuevos valores, y al no conseguirlo,
por continuar los fieles recordando a sus muertos en esta efemérides, la
desplazaron al día siguiente para santificarla, despaganizarla, o
simplemente competir con ella. Sin percatarse, oh incultos devotos del Padre de los dioses!, que los difuntos, sagrados, ya eran de por sí santos, todos los santos.
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