Por los recortes presupuestarios, o por
las razones que quieran aducir, o por los sórdidos y ocultos motivos de desviar
los pacientes a servicios médicos privados, por lo que sea, el caso es que
durante 7 meses se ha paralizado en Madrid el servicio de detección del cáncer
por mamografías, quedando sin prestarse a 30.000 mujeres. La vicepresidenta de
la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid, Patricia Flores, ha comentado
con gran sensatez y sosiego que sólo el 7% de los casos de cáncer no detectados
a tiempo derivan en graves, con lo que a todos nos ha dejando tan tranquilos. Y
“no pasa nada”, ha añadido, “no pa-sa na-da”. Reducidos a números, y sobre todo
a números relativos, pasamos desapercibidos.
Pero es el caso, sra. Flores, que ese 7% de 30.000, en términos
absolutos, son 210 mujeres, que por lo visto, y lo dicho por usted misma,
desarrollarán un cáncer en estado grave por esa ineficacia, o negligencia, o
imprudencia temeraria que raya en homicidio (colectivo). Y a usted no la
despedirán, ni la condenarán en ningún tribunal disciplinario ni penal, en
aplicación de la regla “aquí no pasa nunca nada”.
Y a mí que ese “no pasa nada” me recuerda el “que
se jodan!” de la portavoz del inconsciente colectivo del PP en el
Parlamento, la innombrable diputada hija del execrable sr. Fabra, en su sesión
del 18 de julio de 2012… (vide
entradas 378.1 del 18/7/12, ó la nº 382 de 22/7/12.
(P/S: Será ésta otra de las medidas inconfesables para acabar con los
parados?)
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