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(composición de www.archipielagomachango.com) |
Con
la disculpa de la necesidad de tomar medidas preventivas contra el terrorismo
nos cachean en los aeropuertos, nos incomodan en la entrada a los edificios
públicos, nos vigilan con cámaras y seguimientos en las redes, y todo ello con
el solo fin de que les sirva de excusa ante la opinión pública, para que
parezca que hacen algo, caso de que ocurriera un accidente. No fuera que
ocurriera, como a veces acontece, y no tuvieran medidas anti-terroristas que
llevarse a la boca.
Pero estas medidas incómodas para los
ciudadanos no sólo les sirve para aparentar que hacen todo lo que está en sus
manos para protegernos sino que además amedrentan el personal, con lo cual
fortalecen la cohesión social con la que el grupo se apiña para hacer frente al
enemigo común que les amenaza. Una vez instituido el miedo, paranoico, como
algo normal, de este magma se nutrirán las confesiones religiosas tanto como
los propios terroristas, así como los radicales de la extrema derecha o
izquierda y fanáticos de todo tipo.
Y no queda aquí la cosa, sino que
restringen los derechos civiles de los ciudadanos, sean nacionales o
extranjeros, ahí están las torturas en Guantánamo o los drones asesinos desde
el anonimato (147 muertos oficialmente reconocidos, de los cuales 94 niños,
entre 2006 y 2009; con Obama habrán crecido aún más), como males inevitables si
queremos protegernos de ese Mal que nos acecha.
Llegados a este punto, caben todas las mentiras. Con desparpajo, sin sonrojos ni que se note que los gobernantes se cortan ni un pelín. Y
los eufemismos, para expresar con términos amables (falsos) justo lo contrario
de lo que quieren expresar y de lo que hacen en la realidad. Y así, la
expulsión forzada a los estudiantes a emigrar la llaman “movilidad exterior”;
los recortes de gastos lo llaman “sostenibilidad” (en general) o incluso “ahorro”
(como en el caso de las pensiones); el incremento del paro lo describen como su
“desaceleración” en el aumento; o, simple y llanamente, si vamos muy mal nos
dicen que estamos en un cambio a mejor espectacular que asombrará al mundo (a
que parece que estoy bromeando? pues el ministro Montoro lo decía muy serio).
Derechos civiles, humanos, fundamentales…,
en qué están quedando? Estos sí que son las víctimas reales del terrorismo. O
quizás deberíamos decir de la paranoia antiterrorista.
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