Los portavoces del Parlamentos y del partido
y los ministros del Gobierno, todos, sacan pecho pregonando a voz en grito:
EstaMOS sacando a España de la crisis, las reformas que heMOS aplicado
comienzan a dar sus frutos…, sin percatarse (algunos incluso percatándose) de
que estas afirmaciones son falsas o, como mínimo, ambiguas. Y esto por tres
motivos (por no decir 72):
Uno, porque una vez más mienten. Parece que les va bien mintiendo y no
van a parar. Amos del eufemismo dicen ambigüedades que, según como se
interpreten, significan una cosa o su contraria. Retuercen datos y cifras para
poder exaltarse aunque con ello tengan engañado al personal. No vamos a repetir
aquí lo que los asiduos lectores de este blog conocen perfectamente ya.
Mienten. Y punto.
Dos: porque el día que salgamos de ésta, que algún día tendremos que
salir, habrá sido A PESAR DE ESTE GOBIERNO, Y NO GRACIAS A ÉL, pues sus medidas
y programas se han demostrado todas inútiles y contraproducentes. Y
Tres: porque ese día, cualesquiera que fueren los datos de la deuda y
del PIB (incluso los de un posible desempleo más o menos soportable), el daño
que este nefasto gobierno habrá ocasionado a los más necesitados habrá sido
irreparable.
Pero lo que peor llevo es que, encima, vayan pregonando su eficacia y
buen hacer. Es el colmo del disparate y de la desfachatez.
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