Y por si ayer no nos hartamos de tomates con
el Cipotegato, en Tarazona de Aragón, hoy toca la Tomatina de Buñol, en
Valencia, que se festeja el último miércoles de Agosto. Batalla de tomates que nació
en 1944, y que en el 2002 fue declarada Cita de Interés Turístico
Internacional.
Más de 130.000 k. de tomates para 20.000 participantes, procedentes
desde Australia al Caribe, pasando por Japón, USA, Europa, y hasta de Fiji,
Bahamas o Yemen, con un costo para el Ayuntamiento de 140.000 € de los que éste
se resarce cobrando 750 € por persona que quiera arrojarlos y 10 € a los que se
conformen con sólo recibirlos (los tomatazos).
Las fiestas empiezan la noche anterior con la empalmà. Y tras el
desayuno, el jamón para quien consiga llegar al extremo de la cucaña o
palojabón. Tras lo cual se da comienzo a la batalla de tomates, que dicen que
es buenísimo para la piel, con un chupinazo que estalla a las 11 del (casi-)mediodía.
Si el tomate a lanzar no está maduro, debe aplastarse con la mano antes de
lanzarlo para no hacer daño. 130 tms..., uate, aquí hay tomate.
El olor que acompaña la fiesta es
nauseabundo, pero quién se acuerda de eso?
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