De los ciclos económicos sabemos menos que
de los manejos del Gobierno. Sólo conocemos que igual que aparecen sin avisar
llega un momento en que se esfuman, lo que nos permite echar la culpa a los
otros cuando llegan y apuntarnos el mérito cuando se van.
El período económico 1994/2008 es un ciclo perdido por la burbuja
conocida que nadie supo detectar y que la derecha sigue negando, a pesar de su
evidencia y desastrosas consecuencias. O quizás por eso mismo. La falacia de
que la derecha gestiona la economía mejor que la izquierda ha quedado hecha
unos zorros y no levanta cabeza. Para empezar, porque ni siquiera es económica,
ya que las elites extractivas han ignorado la producción dedicándose al mercado
financiero (desregulado), las rentas fruto de la desregulación, y al dinero
fácil y rápido, divertido como un juego.
Lo que no resulta fácil de entender, y por tanto de explicar, es que
hayamos dejado que el mismo régimen económico (realmente financiero,
neoliberal.com, desregulado) que causó la crisis se haya impuesto luego como
remedio y salida de ella. Con lo cual de hecho han profundizado la crisis más
todavía. Nuestro Gobierno, como tal gobierno, no es el causante de la crisis,
pero sí de haberla afianzado y agravado hasta extremos insostenibles. Y como
era previsible, está esperando el momento (ni siquiera lo espera, se lo
inventa) de apuntarse el tanto de salir de ella.
Cuando llegue ese momento habrá que blindar la economía contra estos
depredadores, contra la desregulación, contra los mercados financieros
independientes de la propia economía. Para ello habrá que iniciar un nuevo
ciclo político, una nueva ley electoral, unos castigos gravísimos contra la
corrupción, y un blindaje de los derechos sociales y de la cohesión y bienestar
social. Un nuevo ciclo político en el que sea el gobernante el que ceda la
puerta al ciudadano cuando se cruce con él, el que baje la vista y no al revés,
el que tenga siempre presente los tiempos nefastos (los actuales) en los que
los ciudadanos éramos sus víctimas más que sus representados.
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