martes, 18 de junio de 2013

718 (M 18/6/13) El capataz de la poltrona

El capataz de la poltrona
Me limito a transcribir textualmente una carta al director de un diario por José Luis Martorell de Madrid. Tal cual: Mi padre, que hoy tendría 86 años, contaba que de niño vio, en la plaza de su pueblo extremeño, cómo llegaba montado a caballo el capataz de las tierras del señor de la zona y elegía a los hombres, de entre el sombrío grupo que esperaba desde el alba, que ese día tendrían la suerte de trabajar de sol a sol por una peseta. Cuando ya había escogido a los afortunados, uno de los hombres que ese día no fue elegido se acercó al capataz y le dijo en voz baja: “señor, yo lo hago por dos reales” (la mitad de una peseta). El capataz descartó a uno de los elegidos y se lo llevó. Cuando yo de pequeño oía esta historia se me encogía el ánimo pero me consolaba pensando que ese mundo miserable estaba ya enterrado en el pasado. Ahora nada menos que el gobernador del Banco de España le propone excepcionalmente este modelo a la nieta de mi padre,  mi hija de 18 años. Qué gran servidor se muestra este capataz de sus señores.
            (José Luis, es que los tiempos no han cambiado tanto, es sólo que el capataz ya no monta a caballo sino en la poltrona. Esta escena también la contó Steinbeck  en 1939 en Las uvas de la ira. Y los capataces de hoy lo ponen como modelo a seguir mientras proclaman ufanos que así se demuestra el éxito de la “reforma laboral”.)

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