La muerte como base de la estabilidad
A este gobierno se le llena la boca de eufemismos y palabras que pronto se vuelven manidas, como por ejemplo la estabilidad. La estabilidad presupuestaria, la estabilidad social, la sostenibilidad...
El Roto me sorprende cada día. Pero en este caso ha tenido una intuición genial. Puede que solamente haya querido enmarcar la realidad en un contexto funerario, con la estabilidad como ironía. Pero no me parece que se haya quedado en “la paz de los muertos” (¿es sofocando a la plebe como la elite, en la punta de la pirámide, se garantiza su estatus?). Puede haber intuido algo más allá.
El Roto me sorprende cada día. Pero en este caso ha tenido una intuición genial. Puede que solamente haya querido enmarcar la realidad en un contexto funerario, con la estabilidad como ironía. Pero no me parece que se haya quedado en “la paz de los muertos” (¿es sofocando a la plebe como la elite, en la punta de la pirámide, se garantiza su estatus?). Puede haber intuido algo más allá.
El sentido de la muerte en nuestros antepasados no tenía
nada que ver con el que tenemos ahora. Uno de los rasgos del Patriarcado cuyo
comienzo situamos en el Neolítico, cuando conseguimos excedentes alimentarios,
murallas y ejércitos para defenderlos (y metales para adornarnos, así como el
sentido de la propiedad, o sea allá por el año 5000 adne), un rasgo patriarcal, repito, fue la proscripción
de la muerte. En Delos, isla donde nació Apolo, no podía morir nadie. Estaba prohibido. Los
muertos se enterraron extra muros, declarando así a la muerte fuera de la ley
(fuera de la ciudad). Y desde entonces temblamos ante ella. Negándola, nos
sometimos fatalmente a ella. Pero no siempre fue así. Por el contrario nuestros
ancestros veían la muerte como origen de la vida. Ya hemos hablado del enterramiento
como un remedo del ciclo vegetal, inhumando al cadáver-semilla para que se
reprodujera en otros miembros de la propia especie, como hacen las plantas
todas las primaveras. Y dado que los egipcios se mantuvieron fieles a las
viejas tradiciones, no sólo simulaban la ceremonia de la sed
del faraón (muerte simulada durante unos días) sino que concentraban su atención en los muertos, especialmente en el faraón, quien encarnaba la representación de
su pueblo, para asegurarle la protección y la reproducción de los vivos. (Sobre la
evolución de la tumba a templo podéis ver la entrada 686 del 16/5/13.
“La estabilidad de la pirámide (y de su pueblo) la
garantizaba un cadáver en su interior” (en el vientre de la Madre Tierra). No sé si el Roto quiso llegar a tanto. Pero
me dio la base para este comentario.
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