sábado, 17 de noviembre de 2012

507. reflexiones y otros disparates del día (17/11/12)

1. Las 12 hazañas de Hércules
Leo interpretaciones de los mitos que superan la imaginación de los mismos mitos. En el caso de Héracles (Hércules en Roma) alguien ha llegado a preguntarme si es una figura que evocaba el personaje de Xto! Sobre los 12 trabajos de Héracles en la Columna de El Heraldo de Aragón de 12/11/12 se les trata de “trabajos gratuitos en un entorno de flexibilidad…” Veamos quién era y qué significaba. Para empezar Héracles es una figura prototipo del dorio indo-europeo que llega a Grecia en el año 1200 adne con un calendario solar y un dios celestial diurno que se enfrenta a las tribus nativas pelasgas devotas de la diosa nocturna, subterránea y lunar. La fusión de estas dos culturas lo celebra el mito de la boda de Zeus (dorio en forma de roble) y Hera (diosa nativa en figura de encina) en Dodona, Epiro, cuya noche de bodas duró 300 años. En efecto durante tres siglos, del XI al VIII, no sabemos nada de Grecia que surge de pronto con la cultura que todos conocemos.
            Los doce trabajos (doce, los del zodíaco solar, y no los trece lunares) de Héracles cuentan, todos, la actuación de los dorios intentando desarraigar de los nativos su culto a la(s) diosa(s). Y así su caza de la cierva de Cerinia en la Elide o de la hidra de Lerna en Argos relatan la destrucción de los cultos de Artemisa-Diana o Hera-Juno, a favor del nuevo Zíos. El trofeo del cinturón de Hipólita celebra el triunfo sobre las amazonas (tribus femeninas donde las hubiera), Al león de Nemea tuvo que vencerlo ahogándolo en vilo para que sus patas no tocaran el suelo (en efecto, para vencer a las tribus nativas pelasgas hubo que desarraigarlos de sus territorios, haciéndolos emigrar a la Jonia de Anatolia) pues si tocaban “su” tierra, renacían. El jabalí de Erimanto tenía que ser abolido como culto totémico en la Arcadia. La limpieza de los establos de Augías mediante su inundación rememora las primeras obras hidráulicas, claves en la formación de los nuevos estados. Su trabajo de demolición de templos y cultos a la diosa se extendió hasta el mar Negro en el mito de las aves de Estínfalo (grullas), o el secuestro del toro de Creta, o el embridado de las yeguas de Diomedes en la Tracia. Y si la diosa reinaba al oeste del oeste (tár-tar-o) Héracles tuvo que traerse las manzanas del jardín de las Hespérides (Sicilia? Canarias?) y el ganado de Geriones desde España. La suprema burla sería bajar al Hades, reino de los muertos del que jamás nadie regresó, trayéndose consigo al can Cerbero.
            Podríamos añadir otras influencias culturales como la incineración de los cadáveres. Héracles prometió a Licimnio de Tesalia que le devolvería a su hijo Argeo tras su expedición a Eubea, donde el joven murió, por lo que le incineró para cumplir a su regreso su promesa, a saber, enterrando las cenizas en su tierra. El mismo Héracles murió sacrificado en una pira. Pero estas historias las contaremos otro día. 
2. La crisis de Antonio Baños
“Esta crisis no es una crisis. Es una revolución. La revolución de los ricos que pretenden el dominio absoluto, de nuestro patrimonio y de nuestros pensamientos, basado en el miedo y la deuda, que genera obediencia servil a un nuevo estamento señorial que se sitúa por encima de la geografía, del estado y de la ley. Este nuevo estamento lo componen las elites financieras y empresariales que han impuesto un nuevo orden social y social. Si no sabemos nadie lo que está pasando, es sencillamente porque no ha pasado nada (por más que sean demoledores los efectos en la economía y el empleo). El problema es de deuda. Al endeudarnos accedemos (hipotecamos) nuestro futuro y se lo cedemos al nuevo señor feudal. Lo que hay es una lucha de clases, pero ha sido la clase de los ricos la que ha generado esta re(in-)volución”. Esto, y más, es lo que dice Antonio Baños, periodista y escritor, residente en Barcelona. Me pregunto si los de esta nueva clase, entre sus privilegios, recuperarán el derecho de pernada.
3. Cirugía y no árnica…
… es lo que necesitan las hipotecas. “No es caridad lo que requieren los desahucios , sino el fin de los privilegios bancarios”, denuncia Gabriela Cañas. Cuando el Gobierno se sacó de la manga los paños calientes del Código de la Buenas Prácticas, para que las pusieran en práctica los bancos (“Cerrar los grifos antes de de salir, levantar la tapa antes de orinar…, vais a ser buenooos?” “Síiiii…!”), éstos no han podido aplicarlas por la sencilla razón de haberlas perdido: las confundieron con papel higiénico. Insistimos en lo dicho aquí antesdeayer, 505.3, que se apruebe por Ley, ya, la dación en pago. Que eso endurecería las hipotecas futuras? Y qué? miel sobre hojuelas, ya que ello redundaría en un impulso del mercado de alquileres, que es el que se necesita.
            Pero como la dación en pago no podría utilizarse como cancelación de la deuda en las hipotecas vigentes, por su imposibilidad de hacerla retroactiva ya que los documentos hipotecarios pueden estar en poder de terceros distintos del banco prestamista, la solución estará en tasar la vivienda embargada al mismo valor que el que sirvió para conceder el crédito. Porque es justo y porque así se consigue de un modo automático el pago de la deuda al embargarse la vivienda. Parches calientes o remedios ad hoc, dada la gravedad y la urgencia a la que se ha llegado, no serían de recibo. Ni suficientes.
            La valiente acción de los jueces contra la aplicación de esta Ley obsoleta choca frontalmente con los poderes, incluido el Poder Judicial. Cuando éste recibió el informe sobre la Ley Hipotecaria que el mismo Consejo había encargado, no se atrevió a hacerlo suyo sino que lo metió en un cajón. O lo utilizaron, también ellos, como papel higiénico. Y es que insisto, a medida que ascendemos en las instituciones a los de más rango, más porquería encontramos por el camino. Y que cuando execramos a magistrados. eclesiásticos y políticos, no nos referimos a todos sus miembros, muchos de los cuales pueden serlo de buena fe, sino a sus cúpulas que son las que están podridas.

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