domingo, 4 de noviembre de 2012

494. reflexiones y otros disparates del día (4/11/12)


Textos de terceros


Manuel AlcántaraGrandes facilidades (Heraldo 1/11/12)
          La última oferta que hemos recibido y que tampoco podremos rechazar es la de poner en la calle a la gente que aún estaba dentro. Desde hoy, Ayuntamientos, ministerios y las comunidades que tengan déficit, que son todas, con diferencias de grado pero no de esencia, podrán poner en marcha los despidos colectivos. Todos a una y marchando sin atropellarse que hay que tener mucho cuidado con no pisar a un parado de mayor antigüedad.
            Nunca ha sido fácil ganarse la vida, pero jamás se nos han dado tantas oportunidades para que la perdamos. Yo he pertenecido a tantas generaciones que no sé con certeza de cuál soy. Al mirarme al espejo para afeitarme no oigo el ruido de la maquinilla ni el de las declaraciones de la sra. Merkel, aunque ambos sean de Alemania. En cambio, a pesar de mi moderada deficiencia auditiva, oigo la aflicción de mi patria. Será porque la escucho. Tengo amigos que se han quedado sin trabajo en Madrid y otros que se están quedando sin patria en Barcelona. Las desgracias nunca vienen solas, están acompañadas por el IVA, que a cambio de frenar el déficit está acelerando los precios. No quiero pensar que la subida de tipos de interés esté íntimamente relacionada con los intereses de esos tipejos tan poco interesantes que nos gobiernan. No hay que disparar contra el pianista, que hace lo que puede, pero la partitura suena fatal.

Maruja Torres, Iniquidad, (El País 1/11/12)
La palabra que define la actuación de este Gobierno es inequidad: desigualdad social, que tiene su expresión en el manejo de los desahucios. Hay otra palabra que también se ajusta al comportamiento oficial, y que se parece mucho a la anterior: iniquidad. Por ejemplo, presupuesto cero para la Ley de la Memoria Histórica frente a la renovación del marquesado a los Queipo de Llano.
            Iniquidad e inequidad son las dos patas sobre las que se sustenta la tesitura moral de unos gobernantes que, paralelamente a la desastrosa gestión económica, obediente y servil al gran capital, muestran un patente desprecio hacia los cientos de miles de personas que van dejando en el camino, víctimas de la reforma laboral y de los recortes salvajes que se han adoptado para poder auxiliar a la banca y, sobre todo, a Bankia.
            La grosería se muestra igualmente en las ausencias parlamentarias de Rajoy y sus desganadas presencias; en los ingeniosos desplantes del ministro Wert, que considera aburridas las votaciones; en ese cínico vídeo electoral fabricado para demostrar que les gusta el pan con tomate de Catalunya... Ah, el vídeo: está realizado con tal falta de escrúpulos que resulta un elemento tan digno de estudio político como una grabación de la boda de la hija de Aznar. Grosero es el descaro con que la señora Cospedal desprotege la fauna en montes de su feudo de Castilla-La Mancha, según denuncia Ecologistas en Acción, para liberalizar la caza en dichas zonas. La caza: ese mundo verde loden de camuflaje por el que se mueven con tanta comodidad los prebostes. La caza entendida como depredación e iniquidad, en todos los terrenos.
            Así que nos movemos entre palabras, actitudes y decisiones de una brutalidad aberrante. Pero ese, siendo grande, no es nuestro principal problema. El problema será que nos acostumbremos. Y a eso vamos.

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