jueves, 1 de noviembre de 2012

491.a. reflexiones y otros disparates del día (1/11/12)

1. El lento cambio de la realidad
La persistencia en el tiempo de los valores reaccionarios, la inexplicable supervivencia de sentimientos religiosos en los tiempos actuales, el rechazo por la masa social de nuevas ideas axiomáticas que deberían imponerse sin esfuerzo por sí mismas (igualdad de género, distribución de las rentas, rechazo social de los políticos corruptos…), nos hace ver que la realidad es una masa compacta, inmensa, reacia a los cambios, por más que los incentivos para el progreso sean evidentes y sus beneficios claros. Las nuevas ideas, los nuevos razonamientos, los nuevos valores, si se aceptan lo son por minorías que no afectan a la masa real del grupo social. Son más bien burbujas, más o menos coloridas, que flotan en el aire, a su aire, o en la estratosfera, sin que muevan un ápice la realidad. Por eso blogs como éste, o slogans en pancartas ingeniosos a cual más, se quedan en eso, en frases que no pueden pretender afectar a la realidad social. Dado que los estímulos externos parecen influir poco en la evolución de los valores sociales vigentes, indagamos en el interior de esa masa que es la realidad sólo para percatarnos de que el motor del cambio es generacional. Son los adolescentes los que cambian el lenguaje, el vestuario, los gustos y las modas, lo que nos hace pensar que son ellos los que pueden hacer algo por el cambio. Pero como la evolución sólo tiene lugar (o éxito) por la adaptación al medio, y no por razones morales, mucho me temo que, si los cambios premian con la eficacia cuando van a peor, es posible que, pese a todas las reconvenciones morales y “razonables” que piden a gritos ser escuchadas, se queden en “voces que claman en el desierto” mientras la realidad sestea en su inmovilidad paralizada.
2. Esto no es una crisis, es una estafa,
rezan algunas pancartas, con acierto. Y si no, cómo es que a los privilegiados no les afecta? Por el contrario, les engorda. No tienen que renunciar a nada, ni siquiera a las prebendas más insólitas (vga. esas dietas surrealistas), ni a la educación elitista de sus hijos (la cual refuerzan), ni a sus vacaciones, ni al coche nuevo, ni a viviendas de lujo, ni a nada de nada. Lo que están haciendo es reorganizar el modelo económico social para configurar un nuevo modelo productivo, “auto-regulado”, en el que los productores, sobreexplotados, hagan las empresas más competitivas y por tanto más rentables para sus propietarios. A eso se refiere la pancarta que denuncia que esto no es una crisis, sino una estafa. Es la desigualdad social, distinguirse de la chusma,  lo que buscan. Un ejemplo más? Se ha bloqueado la distribución de nuevos medicamentos, ya van 40, como “efecto de la crisis”. Pero a ellos qué les importa, siempre podrán comprarlos cuando los necesiten. Y lo harán con los recursos “extraídos” de las clases productoras, sobreexplotadas.
3. Taxistas escolarizados
No hace falta llegar al sistema de taxis cubanos cuyos chóferes son en gran parte universitarios. Pero en Madrid va a aplicarse una ordenanza que obliga a los taxistas a ser graduados de la ESO. “Para garantizar un mejor trato a los extranjeros”, argumentan. Aparte de vestir calcetines, y no simples sandalias, incluso cuando peguen los 40º. Ah, y de nuevo certificados de penales, como en los viejos tiempos. Estos no pierden ripio. La Botella intenta, y lo conseguirá, pasar a la Historia (sección cómica). Todo lo que sea impulsar, fomentar, inducir a la escolarización de los adultos goza de mi placet. Pero de ahí a exigir el Master a un taxista… Puede quitarle el gracejo. Para interpretar el plano de su ciudad sabe manejar el GPS y no le hacen falta estudios superiores de telecomunicaciones para comunicarse por su radiotaxi. No sé yo si una simple ordenanza puede exigir, legalmente, tanto diploma para el acceso a esta profesión. Primero suben los gastos y tasas para eliminar a los pobres  de los centros escolares elitistas y luego exigen estudios para realizar cualquier tipo de trabajo. Sabrán éstos lo que quieren? Querrán a sus hijos taxistas?

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