1. El arte es de izquierdas
Solía decirlo el profesor Aranguren (+1996), sociólogo reconocido por su tolerancia, profundidad de pensamiento y bonhomía. Y lo argumentaba con esta sencillez: un artista, un creador, no puede nunca estar conforme con lo que le rodea, siempre quiere mejorarlo, es por definición un progresista. Un artista de derechas es una contradicción en sus propios términos, y sólo se justifica por torpeza o por encargo. O por traición a su naturaleza, vendiendo por un plato de lentejas su derecho de primogenitura. Y no me vengan con el papa Julio y Miguel Angel porque los renacentistas estaban revolucionando el mundo.
Un artista progresista votará por la izquierda, lo queno le impedirá ser luego crítico con ella, porque ella, como todo, se puede mejorar, y en su propio ADN tiene grabada la necesidad de cambio (a mejor). Lo que no puede es ser neutral, y abstenerse en las urnas (como lo hace, lo confieso, éste que suscribe), porque con ello permitimos que avancen los reaccionarios. Movimientos como el 15-M merecen nuestra participación pero no hasta el punto de votar en blanco, sino que habrá que apoyar a quienes aseguren una mayor redistribución de la riqueza y las rentas, más recursos para la educación y sanidad, regulación de los mercados (sobre todo financieros). Y si se duda a quién votar, siempre se sabrá a quién no.

2. Se empieza con el aborto…
Retrotraernos a antes de 1985, bien sea por una mente reaccionaria bien por ganarse una base escorada en la derecha del PP, cara a la presidencia del partido, obedece a una ideología en la que la mujer debe atenerse a un papel de “máquina reproductora”. Pero el que fue fraile antes que cocinero no puede quedarse ahí. Fernando Schwartz nos avisa que si es coherente deberá prohibir cualquier aborto. En esa misma línea tendría que prohibir la píldora anticonceptiva, cumpliendo con lo que Dios manda, y a aguantarse toca. Por eso mismo habrá que ilegalizar el divorcio, y el coito conyugal reducirlo a las fechas en que se puede procrear y en la postura del misionero, ninguna más. Desear a la esposa sería también un pecado de lascivia, lo que puede llevarle a tipificarlo como delito en el código penal. A las embarazadas habrá que prohibirles los vuelos a Londres. Sus camisones deberán tener un agujero a la altura del pubis. Y que se vayan preparando para participar en las Olimpiadas con el burka. Y ya puestos, para qué necesita votar la mujer? Sr. ministro, sea consecuente, y si tira por ahí, no pare, no pare, que queremos ver hasta dónde es capaz de llegar. Anímese pensando que en Roma la mujer tenía el status de esclava, como un florero o un mueble. En la época de miseria en que ustedes nos han metido con su política neoliberal de los ajustes tan crueles como inútiles, su fanática y oscurantista pretensión
es puro ensañamiento, sadismo y sodomización. Pero ya que le vemos tan salido, visite a su psiquiatra para que le recete bromuro por un tubo.

3. Un gobierno más limpio que los chorros del oro
Habla este gobierno, bla bla bla bla, y es para echarse
a temblar: mandan a cientos de miles al paro… para crear empleo; expolian los salarios… para que crezca la economía (o sea, para que tengan más para gastar, aumentando la demanda y el consumo); despiden por miles a profesores y sanitarios… para asegurar la calidad de la enseñanza y de la sanidad; endurecen las penas contra los defraudadores a Hacienda (retórica)… al tiempo que promulgan su amnistía fiscal (real); se les llena la boca del interés general, mientras practican de un modo desvergonzado el nepotismo y disponen de los fondos públicos en beneficio de su propia ideología y de su partido; exigen una cruel austeridad … los mismos que han hecho historia por sus despilfarros… Y esto todos los días, no es para echar a correr? Le daremos la razón a la energúmena que, en representación de todo el PP, gritó “que se jodan!” si, una vez jodidos, como ya lo estamos, no somos capaces de hacerles responder por sus actos que tan poco tuvieron que ver con sus promesas y palabras. Así que ahora que prometen transparencia (se vestirán de seda?) y endurecer las penas a quienes falseen las cuentas públicas (no me digan que no les entran ganas de reír), imagínense lo que nos viene encima. No hace falta ser un hermeneuta.

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