1. Y Rajoy sin decir nada
Erase una vez un candidato a recibir honores. Había otros más. El primero leyó íntegro su curriculum vitae de 2.379 páginas. Los siguientes hicieron la mejor apología de sus propios méritos que podían ser corroborados por sus abuelas que les acompañaban. Cuando llegó el turno a nuestro héroe y le preguntaron, "¿y usted qué nos cuenta?", el respondió "nada" y no contó nada. "Pero cómo se atreve a presentarse para recibir honores si no tiene nada que decir ni que aducir en su favor?" a lo que respondió: "No es tan fácil. La gente ya no nos cree nada de lo que digamos, y la realidad lo confirma cada día más insistentemente. No diciendo yo nada, que es lo que quieren los españoles, siempre les queda la esperanza de que, a lo mejor, después digo algo, en nombre de los españoles. Que no saben qué será (no lo sé ni yo) pero que no podrá ser peor de lo que tienen". Y tras decir esto, se escondió. Los que portaban tomates para arrojárselos a la cara tuvieron que devolverlos a sus cestos. (Y ganó?)
2. Por qué ganó el PP el 20-N-2011
Porque ha cambiado el ciclo. Reproduzco en resumen un texto de Enrique Gil Calvo: Asistimos a "un cambio de ciclos...: del ciclo económico, en que la deuda privada cede el protagonismo a la deuda soberana; el de las relaciones de poder, que declina en su principio soberano de la no injerencia desde el exterior para aceptar el principio de intervención por parte de terceros hegemónicos, como ocurre hoy en día con la Alemania de Merkel que impone una austeridad fiscal aun a costa del estrangulamiento del crecimiento económico de los demás países, por lo que no son nuestros gobiernos, ni incluso los mercados financieros, los que rigen nuestros destinos sino los tecnócratas de Frankfurt que dominan el Banco Central Europeo desde el Banco Central alemán; el de las relaciones de confianza recíproca entre gobernantes y gobernados al ver los ciudadanos, indignados, que la elite política se presta a aplicar políticas dictadas por la elite financiera en beneficio de la elite económico-social, lo que provoca la marea de la insumisión civil; y la de la alternancia electoral en que la socialdemocracia cede ante una nueva hegemonía liberal-ultraconservadora que, bajo piel de cordero, comienza a apuntar maneras de una austera ferocidad neoliberal y que pretende asentarse por un largo tiempo. Y ¿cómo se explica que los electorados progresistas se inclinen por esta política que asegura un crecimiento desmesurado de la desigualdad social? Por el pánico inducido por el ALARMISMO MEDIÁTICO (todos los periódicos, en mayor o menor grado, son sensacionalistas, y el miedo como profecía se autocumple, díganle a un cojo que un coche le atropellará y verán lo poco que tarda un coche en atropellarle), con una reacción de sálvese quien pueda que conmina a la masa a agruparse con aquéllos que parecen los más fuertes ('que gane las elecciones el que sea, pero que arreglen esto'); como efecto del síndrome de Estocolmo por su decepción ante una socialdemocracia que ha renegado de sus convicciones rindiéndose ante su victorioso rival neoliberal, y por su sometimiento, como los perros de Pavlov, a la disciplina espartana (prusiana) que adoctrina su conducta". Así que ya lo saben, la hegemonía de los mercados financieros no sólo humilla a los gobiernos sino que también nos impone un adoctrinamiento conductual a los mismos ciudadanos, una vez infectados con el síndrome de Estocolmo.
2. Por qué ganó el PP el 20-N-2011

3. El pánico mediático
El dinero es muy senssssiiible…, basta con soplarle y le entra el pánico de inmediato. Y entonces, qué es lo primero que hace? Esconderse. Como las presas acosadas que se inmovilizan para intentar pasar desapercibidas. Luego, poco a poco, sin prisas, miran alrededor y sólo cuando comprueban que el entorno no es hostil y recupera su cotidiana normalidad, ellas también entonces recuperan su normalidad. Cuando en 2008 los bancos norteamericanos vieron estallar en sus manos la burbuja de hipotecas-basura endosadas que los propietarios dejaban de pagar, bastó con que uno de ellos avisara al resto para que se cuidaran y la alarma cundió como la pólvora alcanzado su onda expansiva todo el orbe financiero. Los bancos inmovilizaron su compraventa de dinero, éste se paralizó, y el pánico cundió. Pero una vez recuperados del letargo no habría pasado nada más si no hubiera sido por un nuevo factor que inyectó en los mercados financieros el pánico de nuevo: los medios de comunicación. Aquí también basta con que uno grite la alarma para que todos los demás tengan que imitarlo si no quieren perder tirada de ejemplares. “Grecia entra en quiebra (cuando su activo es infinitamente superior a sus deudas, por enormes que éstas sean), los mercados imponen su dictadura a los gobiernos (pero sólo porque le elite política lo acepta, ya que es pariente cercana de la élite económico-social y de la financiera y defiende por tanto sus propios intereses), España alcanza un riesgo de prima mortal de necesidad del 473 (4,73%, o sea que si el Banco central alemán coloca sus emisiones de bonos a 10 años al 1,5%, España ha tenido que pagar en sus emisiones de bonos a 10
años un 3,23% más, o algo parecido, y qué? no estamos pasando del 6% como cifra mortal y antes con la peseta pagábamos el 9 y nadie ponía el grito en el cielo), los intereses que pagamos de más (de más?, tomando como referencia a Alemania) son sopotocientos mil millones de euros que tocamos a no sé cuantos miles de euros por habitante y año (y el día tiene 24 horas que a 60’ cada hora da un total de 1.440’ y a 60” cada minuto arroja la tremenda cifra de 86.400 segundos, imagínense, 86.400 segundos! pero hasta cuándo vamos a seguir aguantando a estos especuladores!?). Y así nos tienen fritos a nosotros y a los inversores atemorizados, que no saben ni dónde meter sus dineros. No crean que exagero, sólo un poco. Ergo, los medios de comunicación con su constante alarmismo son unos de los principales causantes de la crisis financiera, como queríamos demostrar.
El dinero es muy senssssiiible…, basta con soplarle y le entra el pánico de inmediato. Y entonces, qué es lo primero que hace? Esconderse. Como las presas acosadas que se inmovilizan para intentar pasar desapercibidas. Luego, poco a poco, sin prisas, miran alrededor y sólo cuando comprueban que el entorno no es hostil y recupera su cotidiana normalidad, ellas también entonces recuperan su normalidad. Cuando en 2008 los bancos norteamericanos vieron estallar en sus manos la burbuja de hipotecas-basura endosadas que los propietarios dejaban de pagar, bastó con que uno de ellos avisara al resto para que se cuidaran y la alarma cundió como la pólvora alcanzado su onda expansiva todo el orbe financiero. Los bancos inmovilizaron su compraventa de dinero, éste se paralizó, y el pánico cundió. Pero una vez recuperados del letargo no habría pasado nada más si no hubiera sido por un nuevo factor que inyectó en los mercados financieros el pánico de nuevo: los medios de comunicación. Aquí también basta con que uno grite la alarma para que todos los demás tengan que imitarlo si no quieren perder tirada de ejemplares. “Grecia entra en quiebra (cuando su activo es infinitamente superior a sus deudas, por enormes que éstas sean), los mercados imponen su dictadura a los gobiernos (pero sólo porque le elite política lo acepta, ya que es pariente cercana de la élite económico-social y de la financiera y defiende por tanto sus propios intereses), España alcanza un riesgo de prima mortal de necesidad del 473 (4,73%, o sea que si el Banco central alemán coloca sus emisiones de bonos a 10 años al 1,5%, España ha tenido que pagar en sus emisiones de bonos a 10

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