El abominable presidente de los EE.UU. lo ha lanzado
en un video en sus redes y ya ha superado los 54 millones de reproducciones:
Gaza convertido en un complejo turístico con Donald Trump, Benjamín Netanyahu y
Elon Musk bebiendo cócteles, con niños gazatíes recogiendo billetes en una playa
paradisíaca con palmeras, piscinas y campos de golf, y una estatua colosal de oro
del Innombrable. Un video que será la vergüenza de la Casa Blanca durante
décadas. Un Gaza d’Or de lujo sobre las ruinas y 48.000 cadáveres de Gaza, la
mayoría de menores. Pero qué puede significar este delirio? Pues quiere
significar que Trump quiere imponerlo sobre la realidad. Al miserable Donald
Trump le importa un bledo que su despropósito esté en contradicción con la
realidad. Solo quiere ocupar el espacio de las mentes, de la política. Y no
pretende ser real, sino OCUPAR LA REALIDAD, que es otra cosa. Que la realidad
sea sustituida en nuestras mentes por sus delirios de grandeza.
Javier Cercas simula escandalizarse: “No lo entiendo: ¿a qué viene tanto aspaviento? ¿no sabíamos quién era Trump? ¿no habíamos oído sus discursos? ¿no nos habíamos percatado de que no es un político sino un matón? ¿ignorábamos que, como Putin, desdeña la democracia y perpetró un golpe de Estado? con la irrupción en el templo de la Democracia que es el Congreso (el Capitolio)? ¿Nadie nos había dicho que aborrece la UE tanto como Putin y que no quiere una Europea Unida -y de ahí que apoye a los partidos y mandatarios europeos que buscan la desarticulación de la UE-?)
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