Cinco países europeos intentan participar, en nombre de la UE, en las negociaciones por la paz en Ykraina, a saber: Francia, Alemania, Italia, Polonia y España. Más Reino Unido y la propia Ukrania.
No han hecho falta los 100 días de gobierno para calificar al de Trump: que trata la política como espectáculo, el campo de batalla como un solar para un negocio inmobiliario y la representación como una exhibición desvergonzada de sus traseros en plan porno, todo ello adobado de una impunidad asegurada.
La “Europa de las Naciones” es el eufemismo con el que la extrema derecha intenta encubrir su xenofobia contra los inmigrantes. Esta y la misoginia (rechazo de la mujer por sentirse intimidado ante el sexo femenino) son dos rasgos principales de su ideología.
Lo ultras cargan contra Aznar por su vieja amistad con Putin mientras Feijóo reprocha a Abascal su pleitesía con Trump.
La palabra “pareja”, del latín par, paris, dos que son iguales o similares, a Caparrós le provoca el siguiente comentario: En España, últimamente la palabra pareja sale casi todo los días en casi todos los medios en una acepción particular: la pareja de Ayuso -o Díaz Ayuso-, dicen, para hablar de un señor, Sánchez Amador, 48, divorciado, padre de tres hijos, de cuya vida no sabemos casi nada, porque la prensa ibera no ha tenido las ganas o el coraje de contarnos quién es este señor, que se ha puesto y se mantiene en la luz pública -en la sombra púbica- desde hace muchos meses. La pareja de Ayuso será el novio? el concubino? el esposo secreto? el galán ambicioso? el amante bandido? el primo tonto? Vaya usted a saber: es la pareja. Y con eso salimos del apuro.

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