domingo, 25 de agosto de 2024

2552 (D 25/8/2024) El Mundial que cambió todo

Hace justo un año, en la final del Mundial el 20 de agosto del año pasado, España elevó la Copa del Mundo en Sídney tras tumbar a Inglaterra con un gol de un zurdazo cruzado de Olga Carmona. La Roja hasta 2015 no se había estrenado en la mayor competición de selecciones del planeta. En menos de una década, el equipo pasó del ostracismo futbolístico al mayor éxito de su historia con una victoria que lo cambió todo.

Se culminaba así un viaje que había comenzado años antes con los éxitos de España en las categorías inferiores, donde la sub17, la sub19 y la sub20 concatenaron títulos en Europeos y Mundiales. Tras el triunfo en Sídney, Kelly Simmons, exdirectora de fútbol profesional femenino de la federación inglesa, avisaba en un artículo en The Guardian que Inglaterra debía reaccionar de inmediato porque España estaba en disposición de “dominar el fútbol mundial durante la próxima década”.
  El curso pasado se situó como el segundo deporte más practicado en España por ellas y por primera vez superó las 100.000 fichas federativas. Tras el beso de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso en plena celebración del título, las futbolistas zarandearon un organismo que llevaba lustros anquilosado en el machismo y el trato discriminatorio contra ellas.
 En septiembre de 2022, 15 futbolistas habían renunciado a ir a la selección si no se producían cambios estructurales en el femenino, pero antes de la competición algunas de ellas, como Aitana Bonmatí —actual Balón de Oro y elegida mejor jugadora del Mundial—, recularon, dialogaron y sentaron las bases para el inicio de una normalización que no ocurrió hasta la revolución inevitable que llegó tras el beso de Rubiales a Jennifer Hermoso.
 Rubiales, procesado y pendiente de juicio —se sentará en el banquillo de los acusados el próximo febrero— por el beso y las supuestas coacciones posteriores a Hermoso para que defendiera su forma de actuar, no fue el único en caer. Vilda, el entrenador, también acusado de coacciones a la futbolista y del que las jugadoras cuestionaban sus métodos de entrenamiento, fue apartado de su cargo, y Montse Tomé, que había sido su mano derecha, ocupó el banquillo. También salieron Albert Luque, a la sazón director deportivo, y Rubén Rivera, director de marketing, para los que la fiscalía pide un año y medio de cárcel por coacciones a Hermoso. Además, las jugadoras consiguieron que se creara una comisión para mediar en momentos de crisis y un protocolo para casos de violencia sexual, así como las destituciones de Andreu Camps, entonces secretario general, y Pablo García Cuervo, director de comunicación, que habían gestionado la crisis de las 15 rebeldes tildando a las jugadoras de “niñatas”.
Hoy la RFEF está descabezada —Pedro Rocha, el sucesor de Rubiales, fue inhabilitado el pasado julio por el Tribunal Administrativo del Deporte, aunque pidió una cautelar pendiente de resolver todavía— y el director de fútbol para la selección, Markel Zubizarreta, no duró ni un año y aún no tiene sustituto.

La exigencia máxima depositada en ese equipo y la consiguiente decepción al verlas volver de París sin la medalla al cuello responden al legado que ha dejado la España de Alexia y Jenni, de Aitana y Salma, de Paredes y Mariona, referentes del equipo que cambió la historia.
Hoy hay más niñas que nunca pateando balones. Las licencias crecieron este curso un 23%, y en los últimos 12 años la escalada fue de un 191%: se ha pasado de las 39.023 fichas de 2012 a las 107.853 de este 2024.
No se trata solamente de una revuelta de las chicas de la selección femenina de fútbol. Son la cresta del iceberg feminista que se ha plantado: “basta ya!” con una repercusión social que sobrepasa lo que ni ellas mismas podían imaginar.
https://elpais.com/deportes/futbol/2024-08-20/el-mundial-que-lo-cambio-todo.html
(Diego Fonseca y Nadia Tronchoni, El Pais de 20/8/2024)

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