La Ley Orgánica del Poder Judicial prohíbe a los magistrados dirigir “felicitaciones o censuras” a las autoridades. He aquí un twit del juez Manuel Ruiz de Lara, titular del Juzgado Mercantil número 11 de Madrid y miembro de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), la mayoritaria y de tendencia conservadora: “¿Quién nos iba a decir que nos iba a presidir un narcisista patológico con rasgos claros de psicópata sin límites éticos y dispuesto a todo, incluso a destruir el Estado de Derecho, para permanecer en la Moncloa?”
Se han quedado en la prehistoria. Y han perdido la esencia de su naturaleza, que no es otra que la serenidad en sus juicios (mentales y procesales), la objetividad de sus decisiones, y/o la imparcialidad en sus actuaciones, que es todo y lo único que justifica su existencia. Pero nada, ahí siguen: votando y decidiendo según sus inclinaciones políticas, lo que ha paralizado el CGPJ y ha dificultado después la elección de su presidente, y dando el espectáculo, no sé si bochornoso o esperpéntico, o ambos, como el que nos ofrecen cada día el TS y el TC, opuestos y siempre cada uno en su propia dirección. Desde la jueza María Jesús García Pérez que buscaba pareja en el programa First Dates del Canal Cuatro TV y se ayudaba en sus sentencias con las cartas del Tarot hasta, lo que es peor, tranquilizar a delincuentes de su partido "por la puerta de atrás del Tribunal Supremo". En muchos casos vemos jueces prevaricando abiertamente, o sea desvergonzadamente, desde que condenaron al magistrado Baltasar Garzón, que yo sepa, por prevaricar (él!) indagando en el caso Gürtel del PP. Lo que les hace inverosímiles y les resta toda credibilidad. ¡Ellos, que deberían mostrarse como modelos de honestidad para la ciudadanía…! joder con el lawfare!
Y ahora, cuando el PP
amenaza con una ofensiva judicial y política está dejando bien claro que de
trata de dos marionetas que ya Aznar manejaba como nadie. Ejplo: la desfachatez
del TS de inhabilitar al magistrado Baltasar Garzón por indagar en el caso
Gürtel, hasta ahí podríamos llegar, pero cómo se atrevió!?
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