Tradicionalmente, lo transgresor es aquello que se enfrenta a las normas sociales del momento, que las esquiva o las contradice y que, por tanto, es censurable y repulsivo para la mayoría de la sociedad, o, al menos, para los que la rigen.
En las últimas décadas, puede que desde
el estallido de los movimientos contraculturales, a mediados del siglo XX, o
incluso desde los tiempos del Romanticismo, que tuvo a la rebeldía como uno de
sus valores fundamentales, lo transgresor, lo rebelde, lo que va en contra del
“orden establecido”, ha ido ganándose el favor de la sociedad y, por tanto,
entrando en una paradoja ontológica, porque se ha convertido en la norma.
Las
pretensiones transgresoras de la Movida madrileña fueron recibidas con
algarabía por las instituciones (y profusamente subvencionadas) y hoy sus
artífices casi podrían figurar entre las Vidas de santos de Diógenes
Laercio. Quizás lo más transgresor de la Movida fue la aparición del grupo punk
Las Vulpes cantando Me gusta ser una zorra en el programa Caja
de ritmos de RTVE. Pero la hipotética transgresión se utiliza ahora hasta
para hacer anuncios de coches o de productos financieros.
Es curioso ver a grandes escritores,
artistas o músicos de cierta edad, quejarse de que hoy no se puede transgredir;
porque la gracia de transgredir es, precisamente, que “no se pueda”. Y hoy nada
lo impide: la transgresión aceptada ya no es trasgresión.
Y
es que hemos mejorado mucho en la cuestión de la libertad de expresión. Sergio
C. Fanjul dixit.
Las huellas digitales permiten identificar a los transgresores (y
al de la foto, y al de la moto). Son patrones en la piel (dermatoglifos) que se forman por un proceso, muy sensible al
azar, que sigue un modelo ideado por el genial matemático británico Turing en
1952, pionero de la Inteligencia Artificial, el padre de los actuales ordenadores
y el que descifró los mensajes alemanes encriptados en códigos de la tribu de
los navajos en la II Guerra Mundial. Su modelo matemático es conocido como sistema
de reacción-difusión que también explica por qué estas huellas son
únicas para cada individuo de su especie. Y que yo no intentaré explicarlo
porque, aunque me lo he leído, no me he enterado de nada. Clic.
Nuestras huellas digitales son efecto del
mismo proceso que el de las manchas en la piel de los guepardos, pez globo, pez
cebra…, ó de las cebras, las vacas, las jirafas…
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