2125 (S 20.11.2021) Cuba y sus 4.195 cayos e islas (I)

Curiosidades cubanas (ya que están de actualidad, con motivo del viaje de Yunior García a España):

Colón llegó a Cuba, a la que llamó Juana,  el 27 de octubre de 1492, entrando por el puerto de El Salvador. Baracoa que fue la primera ciudad colonial española, al nordeste de la isla y que forma triángulo con Bayamo y Santiago, tiene hoy una población de alto porcentaje negro y mulato, con un fuerte sincretismo de razas, creencias y raíces taínas, de curanderismo, espiritismo kardecianista y vudú haitiano, y allí bailan al ritmo del nengón, el son y el changüí. Las orhisas ofician los ritos de la santería cubana de la religión de los yorubas nigerianos. De esta región, que se encuentra a 150 kms de Guantánamo por la Vía Mulata y que tiene hoy 40.000 habitantes, salían anualmente para USA más de 70 millones de cocos antes de la Revolución, y era la zona donde se cultivaba el 80% del cacao cubano que excedía las 2.000 Tms por año. Allí rige la “ley de los dos hospedajes” por la cual se detiene y condena a dos años por “peligrosidad” a las cubanas que se hospedan dos veces con dos extranjeros diferentes. Pablo Milanés es de Bayamo, donde se inició la independencia y se cosió la primera bandera, por lo que al himno nacional cubano se le llama “la Bayamesa”. En Yara, cerca de Bayamo, la segunda ciudad fundada por Diego de Velázquez, el cacique indo Hatuey fue quemado vivo por los conquistadores en el año 1513. Y hasta hace poco se le daba su nombre a una cerveza con el perfil del cacique en una etiqueta roja.

Los guajiros que invaden la capital no son muy bien vistos por los habitantes de La Habana, ya que desprovistos de todo tipo de recursos, forman parte de cuerpos capataces del orden como la policía o el ejército, lo que les hace detestables para los nativos de la capital. En un desesperado intento por integrarse con los capitolinos, en el estadio Latino americano de béisbol -origen del béisbol norteamericano- los orientales afincados en La Habana aplauden a rabiar al equipo de Los Industriales cuando juegan contra el de Santiago.