Comprobé que llevaba conmigo mi
carnet del dni, mi certificado de empadronamiento, paño y alcohol para
desinfectar cada 100 metros el patinete, una cinta de un kilómetro para medir la
distancia desde mi casa, un cronómetro para no pasarme de la hora..., y al
final resulta que me he dejado el niño.
"No quiero aplausos.
Guardémoslos para dárselos a los sanitarios que se están sacrificando por
nosotros", culminó en el Parlamento su intervención el Presidente del
Gobierno. Y su alocución se cerró con una sonada ovación.
No he visto cómodos a los niños en
la calle. Más bien tensos, envarados, preguntándose qué diablos hace su madre
jugando con él al fútbol, ella que en su vida ha tocado una pelota; o el otro
que no sabe cómo despegarse de su padre que no le pierde ojo; o la otra, ya
treceañera, llorando porque no soporta la mascarilla: "mamá, que no! que
no la soporto, que es que me ahogo!". Y todos preguntándose cómo algo tan
normal como la calle puede haberse convertido en un castigo. Un chaval de 4
años se negaba a salir a jugar. "Que yo estoy bien aquí, con mis juguetes
y mis papás, todos dentro... Yo no quiero saliiir...!"
Debemos hacernos a la idea de convivir con pandemias. Vivimos una era geológica interglaciar desde hace 10.000 años. El deshielo del permafrost liberará antiguos virus que estaban latentes.
Deberíamos aprender a morir sin miedo, sin culpa, sin infierno.
Debemos hacernos a la idea de convivir con pandemias. Vivimos una era geológica interglaciar desde hace 10.000 años. El deshielo del permafrost liberará antiguos virus que estaban latentes.
Deberíamos aprender a morir sin miedo, sin culpa, sin infierno.
gazpachejo: salmorejo
aguado
salmoracho: gazpacho
espeso (véase gazpachejo)
calamaradería: práctica
de abrazos pulpoides (en exceso)
crosfitamiento: masa
muscular conseguida con ejercicios durante el confinamiento
estretenimiento: lecturas sobre el inodoro, en el retrete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario