viernes, 4 de octubre de 2019

1954 (V 4/10/19) 3 sueltos y dos ilustraciones

En Canarias procesan y condenan a 6 años y medio de cárcel a un juez, Salvador Alba, por haber procesado a una ex-jueza, Victoria Rosell, devenida diputada de Podemos, mediante pruebas difamatorias y argucias procesales que se demostraron falsas, urdidas para destrozar su vida política y personal. A otro juez, éste Miquel Florit, lo sentará en el banquillo el Tribunal Superior de Baleares por haber incautado los móviles y ordenadores de dos periodistas que informaban sobre la presunta connivencia entre la policía de Palma y el mayor empresario de ocio nocturno de las islas, Bartolomé Cursach. Habrá quien piense que estos casos hacen a los jueces más cercanos, más humanos, pero tengo para mí que sólo pueden opinar así los que tengan de los humanos un concepto abyecto y deplorable. Un juez procesado a mí me suena como un exabrupto, algo absurdo, como un coche que camine hacia atrás, o una bomba que caiga hacia arriba, o vomitar lo que se ingiere por el ano.

Cada vez más nos sentimos tentados por un reduccionismo científico que intenta demostrar con fórmulas y números exactos lo que sólo son hipótesis, como ocurre con las ciencias sociales, como si se pudiera extrapolar sin más una expresión matemática a la vida en general. ¿Os imagináis a un fresco/a colándose en la taquilla del cine y excusándose con que "el orden de los factores no altera el producto"?

Si los fachas se distinguen por el culto a la tradición y el repudio a la modernidad así como por el rechazo frontal, hasta la aniquilación, de la crítica y el disenso, que se tratan como traición; o por el miedo a la diferencia, o el machismo, la xenofobia..., decidme ¿quién queda vivo en nuestro espectro político actual? 

   



Emergencia climática
 


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