
Madinat al-Zahra, “la Ciudad brillante” o “la Flor”, que
mandó edificar en el año 936 el primer califa Omeya de Córdoba, Abderramán III,
a unos 8 km en las afueras al oeste de Córdoba, a los pies de Sierra
Morena, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad el 1 de julio de
2018. Aquí podéis ver un video (clic) del monumento cordobés.
No duró mucho, menos de un siglo
(936/1010). Al
morir Almanzor en el 1002 d.C. los problemas sucesorios desembocaron en
una guerra civil que derivó en los reinos de taifas, para beneficio de los
reinos cristianos, durante la cual guerra comenzó la progresiva destrucción de Medina Zahara. Fue en el año 1010 cuando los bereberes saquearon e incendiaron la ciudad.
Abd al-Rahman al-Nasir (891–961) o Abderramán III sin duda
construyó esta ciudad a mayor gloria y demostración de poder de los Omeya, pero
cuenta la leyenda que el estímulo final fue el deseo de agradar a su amada Zahara (“la Flor del azahar”).Comenzó su construcción el maestro Maslama ben Abdallah en el año 936, y se continuó durante los cuarenta siguientes, alcanzando los tiempos del hijo del primer califa, sucesor en el califato, al-Hakam II, quien trasladó la corte a esta ciudad en el año 945. El cuadro del pintor catalán Dionisio Banderas en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona pretende rememorar una recepción de embajadores de Bizancio en Medina Azahara.
El Gran Pórtico era la entrada
oriental al recinto del alcázar, situada frente a la plaza de armas. Originalmente estaba constituido por quince arcos, siendo el arco central
de herradura y los otros escarzanos. El pórtico tenía unas dimensiones de 111,27 metros de
largo, 2,92 metros de ancho y 9,46 m. h.
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