Si realmente hubiera un dios, sólo tendrían acceso a él los que
hubieran tenido la dignidad, honestidad y valentía de haberlo rechazado. Esto
lo escribí yo hace tiempo y cada día que pasa lo afianzo más, aunque nunca me quedó
ninguna duda. Zafarme de esa creencia estúpida (para mí, los que la necesiten que la
mantengan) fue una liberación que me permitió poner en tela de juicio
todos los demás valores que con alevosía (indefensión) nos habían inoculado en vena desde pequeños. Y así fue cómo me replanteé desde el Ripalda hasta el “verdadero
amor”, pasando por las falacias familiares, las mentiras piadosas y las medias
verdades.
No es que siendo
ateos seamos más felices, puede que ocurra todo lo contrario. Pero es algo que
no podemos evitar porque se construye desde la dignidad. Y nos confirma en
nuestra actitud la incongruencia, la hipocresía, la inconsistencia de los
creyentes que tienen que engañarse continuamente a sí mismos para poder
sostenerse en su aberración.
La creencia en Dios induce a los súbditos a tener
fe en lo que sea, y a hacer una religión de cualquier causa, desde el
nacionalismo hasta el fútbol, pasando por la Semana Santa (cuya teatralidad
admiro, lo cortés no quita lo valiente).
No niego que la religión haya sido un eficaz instrumento de cohesión social. Lo que rechazo es que en una sociedad racional se necesite algo tan alienante. Además del estigma de que hace gala el poder religioso en connivencia con el poder político al que coadyuva en la tarea de sumisión de los súbditos/ciudadanos, mediante los sentimientos de miedo y de culpabilidad.
El peligro de limpiar
de las mentes la lacra religiosa es que su vacío lo pueda llenar el esoterismo
que, siendo más cutre y grosero, no tiene la experiencia y eficacia demostrada
por las religiones aún vigentes. Así que no parece que convenga educar a los creyentes
para que abandonen la tabla de náufragos que es su fe, si ese vacío lo van a
rellenar otras creencias más cutres todavía. De donde deduzco que una sociedad
laica es tan difícil (imposible?) como quizás inconveniente, por lo que el
movimiento de liberación religiosa hoy por hoy, y no sé por cuánto tiempo, tendrá
que seguir siendo una hazaña individual.
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