sábado, 1 de junio de 2019

1831.a (S 1/6/19) Me rindo


Yo, más que el menor de mis hermanos, era (y no sé si sigo siendo) el mayor de mis sobrinos. He pertenecido siempre a la generación más joven. Con mis nueve hermanos no tenía en común temas de conversación; con mis múltiples sobrinos, sí. He visto envejecer a mis coetáneos mientras yo permanecía en una eterna juventud. Ahora ya no. Ahora ya me acepto con mi edad, nada que ver con los jóvenes de ahora, cuya jerga no entiendo, cuya música me espanta, cuya movilidad me asusta tanto como me asombra. Porque no tengo nada que reprocharles, al contrario, los admiro. Y los envidio. Esa agilidad para saltar de un continente a otro más grácil que la que teníamos nosotros en nuestros tiempos cuando íbamos a Cuenca o a una playa del Mediterráneo. Habéis visto que he escrito “teníamos”, “en nuestros tiempos”, porque ya he aceptado que he quedado desfasado y que me enfrento a lo nuevo refugiándome en mis espacios, mis rutinas, mis miedos.
      La nueva tecnología y su nuevo lenguaje quedan lejos de mi alcance. Con la edad la plasticidad del cerebro dificulta, incluso bloquea, el aprendizaje de nuevas ideas, no digamos nuevas prácticas. El consumismo que me obliga a cambiar de artefactos cada cierto poco tiempo me enerva. Cambios en todo continuos a mí que coloco bien el cuadro en la pared cuando lo veo torcido. El móvil que detesto, quizás porque no llego a dominarlo y noto los gestos de menosprecio cuando ven mi torpeza al manejarlo.
       Así que he tirado la toalla, me rindo, kaput, give up. Nadie me puede prohibir hacerlo. Y si vierais lo a gusto que se queda uno cuando deja de exigirse lo que los demás te exigen…
_____________
  • P/D. La copa de la Champions procesionó antesdeayer jueves desde la Plaza Mayor de Madrid hasta la Puerta del Sol dónde quedó expuesta al público durante dos días para que pudiera ser objeto de culto y adoración hasta hoy sábado por la tarde en que se trasladará al Wanda estadio para su entrega al equipo que gane la final. Al igual que la custodia del Santísimo, esta sagrada copa aglomera a sus fieles creyentes como signo emocional de identidad y de cohesión de un colectivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario