
…Aragón es crucial en los nudos de transporte.
Zaragoza atrae todos los flujos periféricos desde Barcelona a Madrid/Cádiz
hasta de Murcia a Vigo y a Bilbao, por no citar Lisboa por Extremadura, al ser
la encrucijada de todas las diagonales. Y mire usted por dónde, su carencia
principal es el transporte ferroviario a todos estos puntos, con excepción del
AVE de Madrid a Barcelona. Clama al cielo la falta de infraestructura en el
mejor de los espacios imaginables y que están desatendidos;
dado que no hay mal que por bien no
venga, o dicho de otra manera, haciendo de la necesidad virtud, la despoblación
del campo aragonés y consecuentes vacíos campestres son un medio apropiado para
las energías renovables. El viento
tan denostado del valle del Ebro y el sol en los Monegros le permite a Aragón
postularse como centro focal de energías sostenibles como la eólica y la solar;
la tradición agrícola aragonesa, que
tanta causa tiene en el retraso industrial de la región, puede y debe, ya,
complementarse con una industria
agrícola que añada valor a su riqueza hortofrutícola, vinos incluidos. No
es aceptable que el sector agrícola ceda sus productos a terceros para que los
envasen, y hagan su agosto, fuera del territorio;
en cuanto al turismo, quién no ha visitado ya el Monasterio de Piedra en
Nuévalos, Ordesa y Monte Perdido en Huesca, o el ibón de Pla, o los balnearios
de Alhama o Jaraba…? Y ahí está el mudéjar de la comarca de Calatayud que cada
día atrae más visitantes. Y que no paren. Los Pirineos son un atractivo tan
fuerte que habrá que protegerlos contra los depredadores masivos, pero no se
deben dejar de explotar como riqueza.
Por no hablar de Zaragoza como centro
neurálgico de la investigación en nuevas tecnologías y del I+D+I-, o de exportaciones de sectores tales como automóviles,
eléctricos y electrodomésticos…
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