Cataluña República independiente. Qué República? La francesa de
1789, liberté, egalité? O la
consolidada en 1848, añadiendo el tercer elemento: la fraternité? Porque si las dos primeras son una declaración de principios,
la tercera es la que aglutina y da sentido a todo un colectivo. Las dos primeras
son una proclamación de buenos deseos, saltando del derecho natural al derecho positivo (el vigente, el promulgado, el que obliga a los
ciudadanos), mediante su incorporación en la Declaración de los Derechos
Humanos, mientras que la fraternidad
hay que darla por supuesto, en mayor o menor grado, como base en la que se
fundamenta una convivencia. La que aglutina y da cohesión a todo el grupo, sin
exclusión de los otros.
La importancia de la
fraternidad es su carácter de inclusiva, i.e.: no excluyente, lo que induce a definir la democracia por su
protección de las minorías más que por su aceptación por la mayoría.
Y, la verdad, yo no veo
tan tolerante esta República que quieren los separatistas, sino todo lo
contrario. Ni siquiera aunque fueran mayoría podrían imponerse como lo quieren
hacer sobre la minoría, pero es que además son minoría…! lo cual es el colmo
del disparate. Veremos lo que nos dicen los resultados de las generales, sector
Cataluña, el próximo 28A.
Al igual que el capitán
Araña que después de embarcar a su tripulación en una nave sin destino se queda
luego en el muelle, la elite catalana insufla eficazmente un fervor patriótico
en una masa crédula y enfebrecida, a la que deja en la estacada mientras huyen
al extranjero en el maletero de un coche, pies para qué os quiero. Cuánto
tiempo necesitará esa masa de buena fe para despertar de esta pesadilla?
La ciudadanía
catalana se ha doblegado a esa minoría elitista burguesa con una sumisión que
nunca pude imaginar en el pueblo que en su día me resultó tan razonable,
ecuánime y acogedor. El inductor de este veneno es el mismo que hoy día está procesado por haberse apropiado a manos llenas de los recursos públicos, tras iniciar su
magnífica carrera esquilmando a la Banca Catalana. El, y su política de
educación adoctrinando con un paleto catalanismo a los jóvenes que hoy llenan
de pancartas y eslóganes la Diagonal en las Diadas. Catetismo provinciano que
nunca supe prever en la tierra del seny
que tanto añoro.
Admiráis, como yo, al fascinante Stefan Zweig? Pues leed esto que es de él, en 1941: He visto las grandes ideologías de masas crecer y propagarse ante mis propios ojos: el fascismo en Italia, el nazismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia, y sobre todo la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que ha envenenado a nuestra cultura europea.
Admiráis, como yo, al fascinante Stefan Zweig? Pues leed esto que es de él, en 1941: He visto las grandes ideologías de masas crecer y propagarse ante mis propios ojos: el fascismo en Italia, el nazismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia, y sobre todo la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que ha envenenado a nuestra cultura europea.
Y si os sorprendió
María Elvira Roca Barea por su Imperiofobia
(21 ediciones en dos años, de la editorial Siruela, enero 2019) he aquí un par de
frases suyas: “Una diferencia principal entre patriotismo y nacionalismo es que
el primero existe por sí mismo mientras que el segundo necesita un enemigo, y
si no lo tiene, lo fabrica. El nacionalismo es excluyente y reniega de la diversidad, confundiendo intencionadamente
la diferencia de opinión con la traición. Por otra parte, el nacionalismo suele
servir de trampolín a un grupo que por medio de él consigue riqueza y
engrandecimiento social. El nacionalismo es una epidemia a la que Europa debe
la mayor parte de sus desgracias (pág. 227 y en la pág. 262:) La dinámica del
nacionalismo es perversa. O gana e impone su criterio, eliminando la disidencia,
o pierde y entonces convierte la pérdida en agravio y excusa para la
confrontación."
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