El día de la Nochebuena pasada
ya decíamos: “El Brexit afectará a Iberia Líneas Aéreas de España: Iberia es
inglesa.” En efecto, el ministro de Fomento Ábalos tiene una patata caliente en
la compañía aérea. Su ministerio se vuelca en Bruselas para demostrar la
españolidad de Iberia de suerte que, si se produce un Brexit duro, no pierda
los derechos de vuelo. Para ello tendrá que demostrar que los accionistas comunitarios
son mayoría en el accionariado.
Iberia se fusionó con British Airways en
el año 2011. Esa fusión se configuró como IAG (International Airlines Group),
con nombre inglés pero con presidente español, Antonio Vázquez, y sede social
en España. IAG controla el 100% de los derechos económicos de Iberia pero los
derechos políticos (votos) se repartieron un 49,9% en manos de IAG y un 50,1%
de Garanair, propiedad de El Corte Inglés (ECI).
En cuanto a los accionistas, un 50% de
ellos (más o menos) están en el free float (atomizado en Bolsa) y un
45,1% se lo reparten entre Qatar Airways (21,4%), Capital Research Management
Co, (10,7%), Standard Life (6%), Europacific (3,1%), el fondo indio Lansdwone
(1,6%), en cifras de Miguel Angel Noceda, más un % menor indeterminado del Deutsche
Bank y, para complicarlo aún más, algún resto de autocartera. Lo cual quiere
decir que una mañana a las 11 am pueden ser mayoritarios los accionistas
comunitarios y a las 11:15 no, pues la Bolsa es un mercado de dinero que no para
de fluctuar.
Intentando pescar en río revuelto las
compañías aéreas que compiten con Iberia, y en especial Lufthansa y Air France,
quieren sacar tajada en el tráfico aéreo presionando en Bruselas para que Iberia
pierda sus derechos de vuelo como compañía comunitaria. (Algún accionista
británico, o simplemente extracomunitario, intentará sacar provecho subastando
sus acciones al mejor postor).
Así que en esas estamos, con la duda de
si Iberia, Líneas Aéreas de España, sigue siendo española o no.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, que tiene mucho que decir, no expresó dudas sobre la españolidad de Iberia cuando se fusionó con British Airways en 2011. Otra cosa es que esa decisión se pueda impugnar (a instancias de Bruselas o de los competidores), pero sería un proceso largo, de modo que se diluyen los riesgos a corto plazo para Iberia.
Suerte! Y a volar.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, que tiene mucho que decir, no expresó dudas sobre la españolidad de Iberia cuando se fusionó con British Airways en 2011. Otra cosa es que esa decisión se pueda impugnar (a instancias de Bruselas o de los competidores), pero sería un proceso largo, de modo que se diluyen los riesgos a corto plazo para Iberia.
Suerte! Y a volar.
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