1. España es el país europeo con mayor
desigualdad
Según el coeficiente Guini que mide las
desigualdades económicas sobre las bases de 0 y 100 como extremos, 0 como
igualdad perfecta y 100 como desigualdad absoluta, España se sitúa con un 34
contra el 30 de media en la UE ,
tanto de la UE-15
como de la UE-27 ,
o el 29 de Alemania o el 22 de Noruega. Cerca de 2 millones de familias tienen
a todos sus miembros en paro. Una de cada tres personas registradas en el paro
no recibe ninguna ayuda del Estado. La desigualdad viene incrementándose desde
hace cinco años. Los impuestos progresivos que podrían paliar esto no entran en
las previsiones fiscales del Gobierno.
2. Cañete le da caña a la política del
ladrillo
Con la nueva ley de Costas, que induce a
repetir los errores del pasado al intentar convertir a la construcción en el
motor de a economía, Cañete indulta 10.000 viviendas construidas en la playa,
augurando en la letra pequeña una nueva oleada de disparates inmobiliarios en
la costa. Estas viviendas, que deberían demolerse a partir de 2018, gozarán de
75 años más de vida, durante los cuales los propietarios podrán mejorarlas con
obras, venderlas, alquilarlas o heredarlas. Con ello, en opinión de Juan M.
Barragán, favorece los intereses de unos pocos.
3. Culpables de ser pobres
Según
Milagros Pérez Oliva, con “la criminalización del parado como sospechoso de
holgazanería, los poderes busca justificar el abandono a su suerte de los
desfavorecidos y neutralizar cualquier resistencia a las medidas de ajuste. Si
es pobre, por algo será. O es un vago o no se ha esforzado lo suficiente”. Es
la antítesis del héroe liberal que se hace a sí mismo como emprendedor y modelo
social en un mercado competitivo. De aquí el desprecio por quienes necesitan de
las ayudas públicas, a un paso de calificar a los pobres y parados como
parásitos. Como si las subvenciones no fueran sufragadas mayoritariamente por
los pobres y aprovechadas principalmente por los ricos (en sus empresas y sus
actividades). Como si los pobres fueran culpables de la “crisis” que realmente
es una estafa que el poder utiliza para
abrir la brecha de la desigualdad. Estos estereotipos subyacen bajo las
demandas de bajadas de impuestos que oprimen a la sociedad. Pobres y parados,
ea, a despabilarse. Que de los que ricos nada podrán esperar.
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