Reportajes gráficos
1. Se ve mal España desde fuera?
Los vecinos de Serrano y de Pedralbes,
entre otros, recriminan a Samuel Aranda, premio World Press 2011, por haber publicado
su sórdido y pérfido reportaje de fotos de la España en crisis en el New York Times, cuando tenemos también otras estampas esplendorosas
de la España
admirable, de Serrano y Pedralbes por ejemplo, sin buscar más allá. No había por
qué detenerse en protestas callejeras, vecinos desahuciados, comedores de
caridad repletos, ni en las urbanizaciones sin terminar, ni en los cinco
millones de desempleados, ni mucho menos en ese hombre que busca comida en un
contenedor de basura, porque eso, según ellos, no es verdad. Con ello se da pie
a la leyenda negra contra España, la confabulación judeomasónica, o la creencia
de que estamos en continuo peligro de golpes militares de Tejeros con gorro de
torero (así lo describen los anglosajones), cuando nuestra realidad es
picaresca, quijotesca, de mujeres fatales y bandidos justicieros, pero también
deportista y con playas soleadas a cual más. Como si nuestra realidad se
degradara por las protestas y no por las causas que obligan a protestar. Como si la misión del reportero fuera la de dar
parte de lo cotidiano y no de lo relevante y de lo singular. Nada más
lejos de la verdad que una España corrupta, una contabilidad presupuestaria
dudosa, una tendencia colectiva a vivir las juergas a costa del dinero ajeno, o
unos impulsos autoritarios que quedaron arrumbados en el museo de Historia para
la posteridad. Lo que no podemos evitar es seguir siendo tan catetos, pendientes
de la opinión de los demás, sobre todo si es extranjera. O eso tampoco?
2. Golpe de Estado democrático
Es una contradicción en los propios términos, claro. Pero no tiene nada de extraño en boca de Cospedal que comparó y asimiló la protesta justa, pacífica, necesaria del 25/S con el golpe militar del 23/F 1981. Y digo bien, pacífica, por cuanto que la violencia la pondría la propia policía, tanto en sus filas como en los manifestantes, entre los cuales se infiltraban para provocar a sus compañeros de uniforme. En cuanto a la “proporcionalidad” de la carga policial, ésta es evidente cuando llega hasta los andenes del tren de la estación de Atocha, incluso si hubieran golpeado a viejos y tullidos dentro de los vagones. El “derecho de persecución” en las leyes internacionales permite traspasar la frontera en pos de los delincuentes (no digamos si, además de delincuentes, son enemigos, como ocurría en este caso) siempre que haya “continuidad en el acto” y ajustándose a los límites acordados con el otro territorio. Así que la persecución hasta los andenes ferroviarios está en esta ocasión protegida hasta por el derecho internacional!
Es una contradicción en los propios términos, claro. Pero no tiene nada de extraño en boca de Cospedal que comparó y asimiló la protesta justa, pacífica, necesaria del 25/S con el golpe militar del 23/F 1981. Y digo bien, pacífica, por cuanto que la violencia la pondría la propia policía, tanto en sus filas como en los manifestantes, entre los cuales se infiltraban para provocar a sus compañeros de uniforme. En cuanto a la “proporcionalidad” de la carga policial, ésta es evidente cuando llega hasta los andenes del tren de la estación de Atocha, incluso si hubieran golpeado a viejos y tullidos dentro de los vagones. El “derecho de persecución” en las leyes internacionales permite traspasar la frontera en pos de los delincuentes (no digamos si, además de delincuentes, son enemigos, como ocurría en este caso) siempre que haya “continuidad en el acto” y ajustándose a los límites acordados con el otro territorio. Así que la persecución hasta los andenes ferroviarios está en esta ocasión protegida hasta por el derecho internacional!
Pero sra. Cospedal, se pregunta Antonio González Pedrazo, de Toledo, permítame decirle que “cuando se perjudica a la
mayoría de los ciudadanos en beneficio de unos pocos; cuando los políticos corruptos
y los responsables de tantos desaguisados quedan impunes; cuando se destruyen
servicios públicos por intereses privados; cuando la clase política no se
preocupa de sus representantes sino de mantener sus privilegios y su estatus;
cuando se arremete con tanta agresividad contra quienes se manifiestan para
protestar pacíficamente; cuando, a pesar de tantos recortes a las masas
asalariadas, ustedes siguen viviendo igual o mejor que antes…, dígame, quién
habla de golpes? quién habla de Estado?"
3. Cara y Cruz del 25/S
El Cara que disfruta de un jamón de 100 €
el kilo en el avión que le lleva a presenciar el partido de fútbol de la
selección española en Polonia y luego se fuma en puro en las calles de Nueva
York mientras a la misma hora (la Cruz) sus secuaces le hacen el trabajo sucio de
limpiarle las calles y el entorno del Congreso de la escoria asalariada que se
acuerda a voz en grito de toda su familia y de la madre que le parió. En la
sede la ONU en
Nueva York le hacen una foto embalsamado (y tuneado, en aguda apreciación de Millás)
con la pareja Obama que sujetan su cadáver por detrás para que no se caiga, mientras el militante del PP, Alberto Casillas,
convierte su bar Prado en templo para proteger a quienes se refugian en él contra el acoso de sus depredadores. De paso el
ausente Presidente recupera marca España al
tiempo que el New York Times publica
fotografías de las miserias que va dejando a su paso por la historia, relanza
como propia la propuesta de formar parte del Consejo de Seguridad cuya
iniciativa ya se tomó en el año 2005 y retoma la idea de la Alianza de Civilizaciones
que en su tiempo tanto denostó. Y no se le cae la cara de vergüenza. Encima
sonríe, o lo intenta, con esa permanente triste mueca. Su eventual figura en un
museo de cera sería más humana que su propia persona.
Han sido tan eficaces, y por tanto magníficas
y espléndidas, las cargas policiales que los agentes responsables van a ser condecorados para recompensar
su talante y actitud al tiempo que sirva de ejemplo a los nuevos cachorros que
vayan reclutando. Y el ciudadano Alberto Casillas, a pesar de ser militante y
votante del PP, no sabe con quién se las juega al enfrentarse a las fuerzas del
orden imperante para defender las cabezas de los clientes de su bar Prado, Neptuno. Para empezar
ya le han enviado los equipos de inspección de Sanidad y Hacienda. Gestos demócratas
donde los haya que nada tienen que ver con los autoritarios que algunos les
imputan. El sábado 29 a las 17:50 los agentes de la UIP le notificaron que le denunciaban por falta de respeto a la autoridad y escándalo público, lo que le ocasionó una lipotimia.
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