lunes, 24 de septiembre de 2012

454. reflexiones y otros disparates del día (24/9/12)

1. Las pequeñas cosas
No me agradan o desagradan las personas por sus hazañas, sino por los detalles. La sonrisa, esbozada o tímida; ceder el paso ante una puerta o a la salida del garaje; una cabeza que se vuelve para mirarte; alguien que se asoma al balcón para despedirte; un simple gesto, que no sólo me puede hacer feliz, sino que me pone, incluso puede enamorarme.
        En una terraza me acerco a un grupo al que parece sobrarle una silla. Inicio el gesto de llevármela y uno me anima encogiéndose de hombros y con una sonrisa y sin mediar palabra. Agradecido, me permito una broma esperando contar con su complicidad: saco de mi bolsillo el monedero y dejo un euro sobre la mesa, sin esperar la respuesta, de aprobación o repulsa, dando por supuesto que todos conocen la tarifa de traspasos de sillas sobrantes en las terrazas. Y ahí quedó todo. Hasta que un cuarto de hora más tarde el grupo que me dejó la silla se levanta, y el que me sonrió saca su monedero del bolsillo y deja en mi mesa una moneda de 50 céntimos, sin abrir la boca pero haciéndose entender perfectamente: "me diste de más, aquí va la vuelta". Es en estas cosas en las que creo.
2. Así se las ponían a Felipe II
Las bolas de billar. Para que no fallara la carambola. Pero aquí se trata de la entrevista de Rajoy por rtve, para que se luciera, del pasado lunes 10. Con preguntas censuradas, o sea impuestas; con entrevistadores elegidos, o sea impuestos; con las respuestas redactadas y aprendidas... Bueno, pues ni por ésas. Si al menos le hubiera servido para decir lo que quisiera, pero es que no sabe lo que quiere, sólo da palos de ciego, preocupado por practicar la ambigüedad para que no le pongan, una vez más, colorao cuando tiren de las hemerotecas. Dudaba con las respuestas que tenía preparadas sin dar opción alguna a preguntas agresivas o espontáneas, se le notaba incómodo por tener que contestarlas, y al final no dijo nada, nada, ni siquiera sobre el tema de reajustes, pensiones o rescates, no digamos ya de las posibles medidas de recuperación de la economía, que nunca existieron pero ahora ya ni se las menciona. Y a la impresionante manifestación de la Diada del día siguiente, la menospreció como siempre despachándola como una "algarabía" fuera de tiempo, cuando al día siguiente llenarían las calles tres kilómetros con más de un millón de manifestantes (600.000 según las autoridades, 2.000.000 según los convocantes). Así que le ponen las bolas, donde él quiere y ensayadas, a no más de 5 cms para que no pueda fallarla, que baste con soplarlas, coge el taco... y la picia, pincha y hace un siete en el tapete. Pero dónde va este hombre? y nosotros con él...
3. Sostenella y no enmendalla
De nuevo el tema de la aplicación práctica de la política del empecinamiento. Nos referimos a los ajustes y recortes de los servicios y de los gastos públicos, siempre, claro está, con el objetivo y la mira puesta en el "crecimiento económico y la creación de empleo", algo que incluso dicho con mofa, nos pone mal cuerpo repetirlo. Es cuestión de fe, algo que les encandila a los políticos de este gobierno. Es sabido que las creencias se autoafirman. Y cuando chocan con la realidad, es ésta la que falla y conviene cambiar, aunque también cabe negarla. Como los médicos en la Edad Media que, si los pacientes desangrados empeoraban, los volvían a desangrar aún más todavía. Estos creyentes de la política de apretar el cinturón (de los demás), si ven que no funciona (que no lo ven) nos aprietan el cinturón cada día más todavía. A ver qué nos pueden sacar después de la  bilis.




No hay comentarios:

Publicar un comentario