sábado, 27 de agosto de 2011

LV. reflexiones y otros disparates del día (27/08/11)

     1. De facebook:
        - Paro:    De la Universidad salimos pre-parados.
        - Polis:    Mossos que aparecen de golpe y porrazo.
        - SGAE:   Ya no canto en la ducha ni silbo en la calle.
        - Elecciones: en las próxima elecciones vota Alibabá.
        - (se añadirán las que añadáis)

         2. De Gila:
         Recuerdan aquél que diu, que Gila detuvo a Jack el Destripador llamando con los nudillos a su puerta en el hotel...? Y le espetó a bocajarro: Usted es Jack el Destripador!? Y en efecto lo era, porque se puso colorao colorao... Bueno, pues en La Bañeza, León, la policía "sospechó" de un anciano de 73 años que debió de "ayudar" a su pareja de 75 a arrojarse desde la ventana del segundo piso del asilo en que habitaban. La sospecha se basó en indicios tales como que la anciana, discapacitada, iba en silla de ruedas por no poder moverse por sí misma y que la ventana estaba protegida con barrotes... Así que un empujoncito... (y me pregunto yo si el Colombo de marras se llamaría Torrente)

          3. De la culpa originale (1/2)
         La culpa (de todo) siempre es de los demás. Sua culpa, sua culpa, sua sanctissima culpa. Se ve claro entre los niños, no digamos ya entre los políticos. Pero qué es la culpa y por qué no la asumimos como adultos de un modo racional? Intentemos bucear en este laberinto a riesgo de perdernos en su oscuridad. Veamos: Cuando hacemos daño nos sentimos mal. Hasta aquí vamos bien, estamos de acuerdo, no? A eso se le suele llamar "sentimiento de culpa", los cristianos hablan de "arrepentimiento", y para Festinger es efecto de una "disonancia cognitiva", a saber: que cuando no actuamos como pensamos, terminamos pensando (justificando) como actuamos. (Pues de otro modo nos volveríamos locos). Seguimos. Y qué hacemos entonces? pues extraernos -exorcizarnos- como sea ese sentimiento que nos perjudica. Y mucho. Pero cómo? Lo primero que solemos hacer es echarle la culpa a quien sea, al lucero del alba, normalmente al más cercano. Si no se lo creen, obsérvenlo, no falla. Pero la persona dañada sigue ahí, acusándonos con su silencio, sin dejar de señalarnos con el dedo que no dejamos de ver en nuestros sueños. O pesadillas. Y cómo podemos sacarnos la culpa de nuestros sueños? Adivinen: echándole la culpa al perjudicado, al que hicimos el daño, el cual ipso facto de dañado se convierte en "víctima". Por qué? porque en efecto él es el culpable de que nos sintamos mal! Les parece tortuosa esta aparente aberración psicológica? Pues les parecerá lo que quieran pero yo sólo les animo a que sigan observando a su alrededor, y verán que de nuevo no falla. Y no acaba aquí el proceso... Pero ya está bien por hoy, dejemos algo para mañana. (.../...)

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