“La tradicional educación represora señala el cuerpo como algo sucio y
abyecto que hay que ocultar a la mirada de los demás. Para las religiones
monoteístas el alma es pureza, el cuerpo en el que se encarna es su recipiente
que hay que tapar, someter y dominar. La desnudez así se convierte en pecado/prohibición
y por eso se transmite la vergüenza hacia la propia carne y sus pulsiones.”,
dice Najat el Hachmi.
Me encantan las playas nudistas, esa naturalidad… Pero luego en ellas soy
incapaz de quitarme el bañador. Y es que soy hijo de mi tiempo, de mi cultura,
de mi mojigatería. Bueno, os dejo. Voy a taparme. Es sólo que no me quiero
resfriar.
(No? Una pista: el PP, aunque sólo sea por no poder soportar eso de la
memoria histórica)
No acepto la pena de muerte. Son muchos los motivos… que he repetido a
lo largo de estos textos. Pero después de lo de Ukrania y lo de Gaza, admito
que deben haber excepciones: ahí están los genocidas, los terroristas que
perpetran asesinatos masivos, o la violación de menores por parientes de primer
grado… (es que acabo de leer la noticia de un padre que violaba a su hija de 8
años, supongo que drogada, en compañía de amigos que se apuntaban a la fiesta.)
¿Cabe idea más absurda que exigir el Nobel de la Paz un asesino taimado
que empuja, arma y financia al genocida que arrasa toda Gaza? Con la idea además,
públicamente expresada, de reconstruirla como resort de lujo para explotarla
como negocio… Genocida, él también, es el título del que deberían colgarle…
Vaya esto de propuesta: Donald Trump debería ser declarado criminal de guerra
ante el Tribunal Penal Internacional.

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