miércoles, 30 de julio de 2025

2672 (X 30/7/2025) Corrupción sistémica

En el PP no hay corruptos: el PP es la corrupción. Montoro y los sopotocientos procesos judiciales que tienen abiertos no son casos puntuales sino que son expresiones, manifestaciones, de la podredumbre sistémica que está en la misma naturaleza del PP. Por eso cuando se expresan sólo lo pueden hacerlo con lo que son: insultos, infamias, mentiras, calumnias... Y como parece que así no les va mal, pues ahí siguen. Y punto. Y a otra cosa.

            Lo que sigue es de Bartomeus:

           Existen cortafuegos cognitivos en la mente de los individuos que les permiten no creer aquellas informaciones que contradicen sus ideas preconcebidas. Los partidos afectados esperan a que amaine el ruido desatado por los escándalos de corrupción antes de convocar las urnas, del mismo modo que sus rivales aprietan para tener elecciones cuanto antes, precisamente para que el elector incluya la corrupción entre los ingredientes que debe mezclar en su coctelera.
           Pero ¿pasa realmente factura la corrupción a los partidos implicados en ella? La corrupción afecta más a los partidos de izquierda que a los de derechas pues para estos últimos la corrupción es consustancial al ejercicio de la política ("en cuanto a los dineros, mi señor, no se preocupe por mí, simplemente póngame donde los haya"). Aunque para el 75% del censo electoral, según el CIS, todos los políticos son iguales.
        Estos últimos pueden argumentar que si alguno fuera honesto, el propio sistema lo rechazaría, molestaría a la otra mayoría, la “normal”, a no ser que se terminara acomodando al mal sistémico.
         El lawfare que evidentemente aqueja a demasiados tribunales no se puede aplicar a la profesión judicial en general. Pero en los casos en que se produce (casos Peinado, Hurtado, el tribunal que condenó al magistrado Garzón, etc...) deberían separarse de sus cargos y no volver a ejercerlos nunca más.



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