2553 (X 28/8/2024) Menas y Memos


Los menas
(menores extranjeros no acompañados) según la ultraderecha son los culpables de
todos nuestros males. Roban, violan, intoxican nuestra cultura, islamizan a
España…, sólo falta que les imputen el cambio climático, la pedofilia y la
sequía y, si llueve, los tsunamis. El acrónimo
“mena” (que apareció por primera vez en el BOE en 2009) lo utilizan
despectivamente para atacar a los menores extranjeros con un sesgo xenófobo, racista y
clasista, induciendo a la violencia contra ellos, y evitando así, dicen, y evitar el
“efecto llamada” que pudiera animar a venir a otros nuevos inmigrantes, si a éstos se
les trata bien.
Pablo de
Vera Moreno propone un nuevo acrónimo para identificar a estos salvajes
xenófobos que atribuyen a los inmigrantes, sin base real, una tasa alta de
criminalidad. La propuesta es “memos”, es decir, "mayores españoles muy obtusos",
que deberíamos utilizar todos cuando denunciemos sus injurias y bulos…, o sea
continuamente, sin parar.
Porque lo
instintivo en la violencia intraespecífica es ahuyentar de nuestras hembras o
nuestras hierbas al intruso competidor, bastándonos con su huida. Lo
instintivo, por tanto, no es matar al “enemigo” cuando nos amenaza su
presencia. Para poder hacerlo tenemos que degradarlos como viles y ajenos a
nuestra especie: son los Otros. El medio del que nos valemos en caso
de guerra, por ejemplo, son los estereotipos para envilecerlos, ayudándonos con tragos de coñac.
Pero el estereotipo deja de funcionar si antes de dispararles los miramos de
frente y nos percatamos de que pertenecemos a la misma especie. Es lo que le
ocurre al protagonista del relato Soldados de Salamina de Javier Cercas,
que cuando se encuentra con el que tiene que matar no puede apretar el gatillo
porque se miran de frente. Y es que el otro del Otro soy yo.
El Otro
requiere de un proceso de deshumanización como fase previa y necesaria para
poder odiarlo a muerte y quitártelo de en medio. La
deshumanización del Otro te permite matarlo como a un Nadie, como algo menos que
a un perro. Puedes espachurrarle como a una cucaracha.
Ya los colonizadores tuvieron que convencerse de que los nativos, salvajes, carecían de alma (humana), a fin de poder esclavizarlos y tratarlos como infrahumanos.
Utilizando
las redes pretenden esconderse en el anonimato, pero no es verdad que no puedan
perseguirse delitos en el entorno digital: los jueces pueden solicitar a la
empresa responsable de la plataforma los datos asociados a la cuenta desde la
que se ha cometido el presunto delito. Las plataformas conocen la IP (el
identificador del dispositivo) desde la que se ha actuado y a través de ahí se
puede llegar hasta el delincuente.
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