La hipérbole (exageración retórica) se revuelve a veces en contra de
lo que quiere expresar. Un par de ejemplos: hermético y evidente. Leo a menudo
que algo es muy hermético o muy evidente, redundancia que contradice el propio
término. Si algo es hermético es que por él no pasa ni el aire, y punto; si
algo es evidente es que no se pone en duda, y punto. Pero al enfatizarlos con
el añadido "muy", algo muy hermético implica que podría serlo más, lo
que lo hace menos hermético de lo que ese concepto significa. Lo mismo ocurre
con algo "muy" evidente, que deja de ser evidente al cuantificarse.
No sé si me explico. Quiero decir que si algo es hermético, o evidente, con el
propio término basta: exagerándolo sólo conseguimos anular su contenido.
Rosa Olucha, la esposa
del perseguido Santi Millán, tuitea:
"Hay muchos tipos de familia. Y me da
mucha pena ver que a estas alturas el sexo consentido y privado siga causando
escándalos. Sí, señores, ¡la gente folla! Dentro y fuera de la pareja. Y me da
pereza que cuando se hace público la mayoría se apiada de las mujeres con el
clásico 'pobrecita, que no se enteraba' o 'qué imbécil, que se lo permitía'.
Mierda de sociedad católica y patriarcal."
Sánchez/Feijóo
Escribe Enrique Gil-Calvo que "Feijóo
hasta ahora no ha hecho nada más que cometer errores de bulto (como confundirse
palmariamente con la prima de riesgo, con los fijos discontinuos o con la
violencia vicaria). Ni siquiera ha desbloqueado el Poder Judicial, pese a sus
promesas de sensatez y moderación.
Estas elecciones han constituido un voto de castigo
contra los graves errores del Gobierno del PSOE en coalición. Sencillamente,
los andaluces, y tras ellos probablemente los españoles, se han cansado de
soportar tanto la "debilidad" de Sánchez (ante ERC, ante Podemos, ante Marruecos)
como las delirantes
guerras culturales de Podemos, guerras culturales tan estériles como
la antiliberal abolición de la prostitución libre.
Pero el retorno de
la mayoría absoluta del PP resulta temible en términos de corrupción (endémica)
y abuso policial partidista, como la "policía patriótica" y el
"caso Kitchen".
Realmente es incierto el futuro que nos
espera.
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