Paul
Krugman nos informa: los propósitos de Putin van más allá de recrear la Unión
Soviética, quiere recrear el imperio zarista. La resistencia de Ucraina ha sido
feroz y el Ejército ruso menos eficaz de lo que pregonaban: llegó a tener
dificultades para suministrar a sus fuerzas un elemento tan esencial como es el
combustible. En el ejército de Putin hay mucha más podredumbre de lo que se
pensaba. Este brutal dictador se ha convertido a sí mismo en un paria
internacional. Sólo le queda el gas, pero Europa lo utiliza sobre todo para
calefacción: el consumo de gas en Europa es 2,5 veces mayor en invierno que en
verano. Y ya falta poco para que acabe este invierno. Y en cuanto al próximo,
Europa habrá superado su actual dependencia.
Eva
Guerra Villaverde escribe en una carta dirigida a la directora de El País:
..."hace falta una apuesta femenina por una educación defensiva real que
no convierta a las niñas en sujetos a proteger sino en sujetos defensivos,
independientes; hay que instruirlas y habilitarlas para defenderse por su
cuenta. El alarmismo quebradizo y frívolo no fortalece a las niñas, las
empobrece."
(Así pues ¿que aprendan artes marciales? ¿Pero no sería mejor, más eficaz y
sutil, que jugaran en el equipo de fútbol de
porteras? me lo sugiere una amiga)
Con
miedo no hay libertad que valga. Y eso lo saben gestionar muy bien, para sus
intereses, los religiosos y los políticos.
Para
John Carlin el peligro de que el siniestro Putin se sintiera arrinconado sería que se le
apareciera el fantasma de Gadafi y antes de caer apretase el botón nuclear.
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